Saltaba el Real Madrid al Türk Telekom con muchas cuentas que ajustar y sobretodo con la espada de Damocles sobre sus cabezas. Sorpresas en el once con la inclusión de Valverde y Rodrygo, aunque visto lo visto, lo del charrúa va a dejar de ser sorpresa.
Primeros diez minutos en los que el Madrid salió a presionar y a correr, como si por fin hubieran entendido aquello de que no se puede salir sin intensidad, pero como si de un espejismo se tratase, en la primera jugada de ataque turco, la defensa vuelve a despistarse y deja un remate a placer, para que se luzca Courtois, que minutos después volvería a realizar una parada meritoria, lo necesitaba y lo merecía el belga.
Desde ahí, el partido se convirtió en una guerra de guerrillas, Hazard en clara mejoría física no dejaba de intentar encarar a Nagatomo que puede ser dos veces el belga en lo que a cuerpo se refiere, pero cuando Eden recibía el balón, el lateral sufría. Por la otra banda, Rodrygo al que le sobra calidad le falta egoísmo, rápido y descarado.
Pero el nombre propio de la primera parte fue sin duda el de Fede Valverde, que como si del anuncio del césped se tratase, estaba en todas partes. Si había que barrer allí estaba el uruguayo, si había que presionar arriba, el primero era él. Si había que asistir, se encargaba Fede, espectacular el chico.
Y así en una jugada espectacular del Madrid tras recuperación de Hazard, la pelota le cae a Kroos que buscaba el palo bajo y tras un rebote el balón se dirige a la escuadra de Muslera que nada pudo hacer. El partido proseguía por unos cauces normales, el Galatasaray duro, apretando en cada balón y el Madrid tirando de calidad pero abusando del disparo lejano, no se sentenciaba y los fantasmas sobrevolaban el vestuario blanco.
La segunda parte fue un quiero y no puedo, el Madrid generaba ocasiones, espacios, pases al hueco, pero las fuerzas flojeaban y se notaba, la puntería cuando los pulmones aprietan no es la misma. Hazard tuvo la ocasión de finiquitar el encuentro en una ocasión muy similar a aquella de Zidane en Valladolid, recorte al portero y cuando todo estaba para el gol, el balón se estrellaba en el larguero.
Comenzaba el carrusel de cambios, Fede y Hazard out, Vinicius y James in, menos musculo pero mas calidad para controlar la pelota y así fue, el Madrid tuvo mas tiempo la pelota y siguió generando ocasiones hasta un total de veintisiete, pero el gol no llegaba. Cierto es que el Galatasaray no creo ni una sola ocasión, pero el run run cada vez que los turcos se acercaban al área era constante teniendo en cuenta los antecedentes.
En definitiva tres puntos que suponen la primera victoria en esta edición de la Champions League, que con la victoria del PSG nos da una vida extra. Ahora a descansar el fin de semana ya que se aplazó el clásico porque Barcelona esta a otros menesteres.
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