Espía | Panathinaikos

Este jueves Panathinaikos y Real Madrid inauguran su Euroliga. Los blancos visitan la siempre complicada cancha del Panathinaikos.

Vuelve la Euroliga, vuelve el mejor baloncesto que se puede ver a día de hoy, para mí, en todo el mundo, incluso por encima de la NBA (a excepción de las finales).

Y para empezar un todo, un clásico entre un grande venido a menos gracias a sus dueños como el Panathinaikos y el Real Madrid.
El PAO ha acometido una auténtica revolución en su plantilla, empezando por su entrenador Dejan Radonjic que deja el Estrella Roja para entrenar a los verdes de Atenas.

Esperemos que no nos tenga cogida la horma con el PAO, como lo tenía con los serbios, ya que la mayoría de las derrotas más inesperadas del Madrid en Euroliga fueron contra el equipo de Radonjic. 
Aunque han dado la baja a 10 jugadores respecto a la plantilla de la pasada temporada, solamente hay 2 jugadores realmente destacables: Nemanja Nedovic, tan excelente jugador, como irregular; y Ioannis Papapetrou que se pone a las órdenes de un genio de los banquillos como Zeljko Obradovic en Partizan.

Continúan del año pasado unicamente 3 jugadores relevantes. Giorgios Papagiannis, el techo del equipo con sus 2,22, E. Bochoridis y E. Mantzoukas. 
A partir de aquí todo son novedades. Los hermanos Kalaitzakis, Panagiotis y Georgios, este último procedente de los Milwakee Bucks, que regresan al equipo donde se dieron a conocer. Nate Wolters, base de 31 años de la confianza del técnico Radonjic, que sigue sus pasos desde Belgrado.
 Paris Lee, que llega desde la ciudad del principado, cansado muy probablemente de no ver un balón cuando jugaba con Mike James.
Andrew Andrews del Bursasport y Arturas Gudaitis del Napoli.
Y los 3 jugadores llamados a liderar a los del trébol: Derrick Williams, que después de unos primeros años lamentables en Europa, va dando cada vez más pinceladas de lo que fue aquel número 2 del draft de 2011.
Mateusz Ponitka, tirador compulsivo que ha llevado contra todo pronóstico a su selección, Polonia, a las semifinales del último eurobasket. Y Marius Grigonis, que abandonó el CSKA, por la guerra de Ucrania y que querrá demostrar en Panathinaikos todo lo que mostró en el Zalguiris y que no pudo demostrar en Moscú.

 

Autor: @chescofgallardo

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