Crónica: Real Madrid 2-1 Atlético de Madrid
Dos tantos de muy bella factura de Rodrygo y Brahim nos ponen en ventaja en los octavos de Champions.
Noche de Champions en el Santiago Bernabéu, turno para la ida de octavos de final y el ambiente que se respiraba en los aledaños de nuestro estadio volvía a ser mágico. Buena demostración de ello fue el precioso recibimiento que la afición madridista volvió a dar en la previa al equipo, decorando la busiana con cánticos y colores mostrando que aquí no se rinde nadie.
Se guardó antes de arrancar el partido un respetuoso minuto de silencio en memoria del fallecimiento de nuestro ex jugador Javier Dorado. Como nota negativa, los tontos de siempre volvieron a mostrar su miseria humana pitando y lanzando cánticos muy negativos durante el minuto de silencio.
Carlo Ancelotti dispuso el siguiente once inicial: Courtois; Mendy, Rüdiger, Asencio, Valverde; Tchouaméni, Camavinga, Brahim, Rodrygo; Vini, Mbappé.
Comenzó el encuentro y la primera parte mostró lo que mucha gente preveíamos desde el sorteo, que habría mucho respeto entre ambos conjuntos y además iría bastante a rachas.
El guión parecía querer cambiar después del minuto 3, cuando el Madrid golpeaba primero con un gran gol de Rodrygo. Un balón en largo de Fede Valverde encontraba al brasileño en velocidad, Rodrygo controlaría y comenzaría su diagonal hacia el área dejando atrás a los defensores rojiblancos uno por uno, para finalizar con un disparo cruzado al palo largo imposible para Oblak. Golazo y 1-0.
Pudo haber sido aumentada la ventaja, pero Clement Turpin no señaló una pena máxima de Javi Galán sobre Rodrygo, que de nuevo marchaba peligrosamente contra la meta colchonera. Las imágenes parecían aclarar que el agarrón existía claramente, pero al final no hubo sanción.
A partir de ahí, el Madrid comenzó a sestear queriendo mantener la ventaja y respetando mucho a un Atlético que comenzaba a crecer con la pelota en el partido. Este tramo de cambiar la idea de juego por parte del Madrid duró quizá demasiado y la relajación nos costó un gol en contra que esperamos no tener que lamentar en la vuelta.
Una defensa poco contundente de Camavinga sobre Julián Álvarez propició que el ex del City recuperara balón en zona peligrosa. Sacó tres metros de distancia a Camavinga en su avance y la clavó con una rosca endiablada en la portería de Courtois sin que nada pudiera hacer el meta belga.
Con ese resultado nos marchamos al descanso y, aunque quedaba todo en el aire, sí es cierto que ambos equipos mostraban muchas dudas y no la mejor actitud.
La segunda parte comenzaría con más dominio del balón por parte del Real Madrid, que mejoró mucho en ese aspecto gracias a la entrada de Luka Modric por un Camavinga muy desacertado en el día de hoy. Tiene que espabilar el francés y recuperar su buen nivel porque últimamente nos está costando demasiados disgustos y eso en el Madrid no se permite.
Apareció de nuevo la magia del fútbol y el aficionado pudo disfrutar de otro gol de muy bella factura. Brahim recibiría dentro del área rojiblanca y comenzaría a caracolear hasta romper la cintura de un Giménez que solo podría mirar, desde el suelo, como el disparo de Brahim se colaba en la portería de Oblak para hacer el definitivo 2-1. Golazo de nuestro revulsivo.
De aquí hasta el final, poca historia puesto que el Madrid cogió la bola para no soltarla y así evitar un posible empate y el Atleti se conformaba con tener una desventaja mínima y remontable en su estadio.
Habrá que esperar a la semana que viene para ver si estas posturas han sido acertadas o ambos pudieron ser quizá más ambiciosos. Turno ahora de centrarse en la Liga y de batir al Rayo, que la competición local tiene también mucha tela que cortar aún.
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