Celta 1-2 Real Madrid (J10 LaLiga 2024/2025): La Calidad Individual evita otro disgusto en Balaídos
Nuevos tres puntos y nueva victoria trabajada en el que calidad individual de los jugadores merengues se impuso a las buenas intenciones futbolísticas gallegas, para seguir en la batalla por LaLiga, pero con las mismas malas sensaciones transmitidas en los anteriores partidos.
Quizás la llegada de Mbappé, y no es por cargarle con la culpa del mal juego del Madrid, haya podido desconcertar a la cúpula madridista en lo táctico tanto para el cuerpo técnico, al tener que acoplar a tanta calidad arriba en el once titular (Bellingham, Vini, Rodrygo y al futbolista galo), sin que el nivel de juego se vea afectado de forma preocupante, como para los propios jugadores que ya no saben por donde les entra el aire y sin saber donde situarse en el campo, con tantas formas de jugar parecidas en un terreno de juego, tampoco ayuda las órdenes contradictorias desde el banquillo con planes de partido fuera de lugar.
Visto el balance de los partidos que se llevan jugados este año, el síntoma del juego es preocupante y desconcertante para la parroquia merengue, ya que, por ejemplo, la pasada temporada daba la sensación que con peor plantilla se hacía mejor juego sin tanto ego, con un equipo más sólido ycoral. Tal vez la ausencia de Kroos, haya podido influir fuertemente en el nivel de trabajo de un año para otro, pero el cuerpo técnico con Ancelotti a la cabeza quizás tenga cierto grado de responsabilidad en ello.
Respecto al italiano, igual que se le elogió la pasada campaña por encontrar recursos donde no los había ante una plaga de lesiones infernal en buen tramo de esa temporada (destacando los casos de Courtois o Militao con ligamentos cruzados), sin que afectara el nivel del juego malamente, es más su trabajo en Valdebebas le valió una Liga y una Champions con esos factores negativos.
No obstante este año con mejores recursos y más glamour (destacando el fichaje de Mbappé) hay que darle un tirón de orejas al italiano, porque sin duda el nivel de juego es malo e incluso desesperante para el aficionado, y el partido de ayer en Balaídos es una clara evidencia de ello.
En lo que al partido se refiere, el Madrid salió al choque de Liga previo al Clásico, con un once reconocible, en el que destaca la implementación del 4-4-2, que parece que ha vuelto para quedarse, aunque misteriosamente se verá que durante un tramo del partido, la disposición de los jugadores iría variando:
- Alineación del Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez, Militao, Rudiger, Fran García; Tchouaméni, Camavinga, Valverde, Bellingham; Mbappé y Vini
Respecto al cuadro vigués, destacó el hándicap de no contar en la alineación con su jugador franquicia en los últimos años como es Iago Aspas (por sanción), además de la ausencia de Illaix Moriba (aunque menos importante), también por el mismo motivo, pese a ello Claudio Giráldez pudo formar un once serio para plantarle cara a todo un Real Madrid (con un 3-4-3, de inicio):
- Alineación del Celta: V. Guaita; Carl Starfelt, Marcos Alonso, J. Manquillo; Ó. Mingueza, Hugo Sotelo, Fran Beltrán, Hugo Álvarez; W. Swedberg, Borja Iglesias y J. Bamba
El inicio de partido, empezó de manera vibrante en el que se veía a la luz las buenas intenciones gallegas durante el partido con una línea de juego continuista pero efectiva desde que empezó LaLiga. Y ahí llegó la primera calidad individual que decidiría el partido, y sería en la portería ya que en un preocupante desajuste defensivo del cuadro madridista, Borja Iglesias filtró un pase de primeras (tras pase de Beltrán) desde su campo a Swebderg que tuvo un mano a mano en el que el delantero vigués parecía tener todas las de ganar…
Pero el mejor portero del mundo, Courtiois, sacó un mano a mano con el pie para evitar el primer gol del partido. Tras ese susto al Madrid no se le olvidó atacar, y Valverde tuvo la primera clara del Madrid que sacó sin demasiadas complicaciones el portero celeste, Guaita, tras una buena jugada en área rival.
Poco después, llegaría la segunda calidad individual que decidiría el partido para el Madrid. Sorprendentemente Fran Beltrán (uno de los jugadores con más calidad del cuadro gallego), no hizo una buena salida de balón ante Camavinga, lo que permitió al francés recuperar el balón, y dejársela a Mbappé para que con un chutazo por la escuadra (desde 30 metros), digna de su calidad, pusiera por delante al cuadro madridista en el partido, con su sexto gol en Liga.
A partir del gol madridista, pareció que para el Celta ese gol fue un jarro de agua fría, y el Madrid pudo jugar de forma más suelta durante ese tramo, pese al cambio de sistema del banquillo desconcertante tras el gol, en el que predominada un sistema de tres centrales (Rudiger, Militao, y, el nuevo central del Madrid, Tchouaméni) y dos carrileros (Fran García y Mendy).
No obstante, el Celta reaccionó con un gol (bien) anulado a Borja Iglesias, por claro fuera de juego pese al ligero toque de Tchouaméni que no influyó en la jugada.
Con ese «sustillo», el Madrid tuvo buenas oportunidades para meter el segundo de la noche, por medio de Vinicius, primero con un remate de cabeza que se marchó alto, y una segunda buena ocasión en el que se marcha de Manquillo, pero su remate se marchó alto. Su «supuesto» egoísmo en esa jugada, no le gustó nada a Bellingham, que se pilló un rebote en esa jugada, ya que entendía que en esa ocasión el brasileño se la podía haber pasado al británico que estaba solo en el segundo palo. Se agarró tal cabreo el inglés que pensó: La próxima me la fumo yo.
Y con el juego de menos a más por parte del Madrid sobre el Celta, se fue al descanso con 0-1 en el marcador, quedando aún el segundo acto.
Comenzado el segundo tiempo, el Madrid parecía salir decidido a hacer los deberes pronto, en el que Bellingham dispuso de una buena ocasión, tras una buena galopada desde casi el centro del campo (tras zafarse de Marcos Alonso y a Beltrán), pero su disparo se fue demasiado cruzado, y no logró encontrar portería rival.
Parecía que el Madrid tenía controlado el partido, tras el arreón inicial vigués de la primera parte… Pero en otro desajuste defensivo, llegó el empate del los chicos de Claudio Giráldez tras una buena jugada de equipo, en el que descarga Bamba a la entrada de Mingueza por derecha que puso un caramelo al delantero Swedberg que la colocó con suavidad a la portería de Courtois para poner la igualdad en el marcador. Hablamos de desajuste defensivo, ya que un pésimo balance madridista, más pendiente de cubrir la banda de Mingueza, permitió entrar solo a Williot, indetectable y olvidado para medios y zagueros merengues.
Tras el empate vigués, reaccionó rápido el Madrid con un gol anulado a Vinicius, tras pase de Mbappé (que estaba en claro fuera de juego). Aunque antes de la calidad individual que decidiría el partido, Borja Iglesias pudo poner por delante al Celta, tras buen centro de Williot, al que no llegó por poco el ex-delantero del Betis que estaba en el segundo palo.
No obstante, la reacción madridista también llegó en el banquillo con dos cambios que marcarían el devenir del partido, y de paso tener ese último pase en un centro del campo con mucho músculo y poco cerebro (entraron Modric y Rodrygo, por Camavinga y Valverde).
Tras los cambios, se dio la inédita situación de que dos calidades individuales en una misma jugada inclinarían la balanza a favor del Madrid, en el cual Modric filtra un pase entre líneas entre los rivales celestes, que dejaría solo en un mano a mano a Vinicius, el cual sorteó a Guaita, para definir de forma exquisita a la portería y meter el segundo gol del Madrid.
Tras el gol madridista, lejos de ir a por el tercero, el Madrid dio un paso atrás y concedió situaciones de gol al Celta, lo que le permitió llegar con opciones de puntuar al tramo final del partido. Primero, pudo igualar Bamba en un error defensivo del Madrid, fruto del exceso de confianza de Rudiger, otra vez salvado por Courtois, con su enorme calidad individual, con un pie prodigioso (como en la primera parte a Williot).
Ancelotti intentó hacer cambios defensivos, que a la vez amarrateguis y desconcertantes, quitando a Fran García por Mendy, y metiendo a Ceballos por Mbappé. Pero lejos de dar más sólidez al equipo, el Celta atacó más y fue a por empate. Tras el primero de los cambios en el cuadro madridista, Mingueza, reciente internacional con España, tuvo una de las opciones para la igualada, en el que su remate cruzado sin oposición por parte de la defensa madridista se marchó ligeramente alto (se veía gol claro).
Y con el segundo cambio del Madrid (el de Ceballos por Mbappé), seguramente algunos madridistas se hayan pillado un cierto rebote, ya que el italiano incomprensiblemente prefirió meter a Ceballos, con peor toque de balón, antes que dar bola a Arda Guler, o incluso Endrick, con mayor proyección que el utrerano. Quizás Ancelotti, quiso asegurar el partido y priorizó la experiencia por encima del talento, pero no está de más intentar dar más confianza a los jóvenes (especialmente en el turco que ha demostrado tener muy buena calidad con Turquía), para que se sientan cómodos en un entorno tan especial como es el Real Madrid, con más oportunidades para demostrar su valía.
Eso generó más tensión al partido, en la parroquia madridista, en el cual había un marcador muy corto, y el Celta, con la energía de sus jugadores y afición, había llegando a la etapa final del partido atacando en área madridista. Y en el añadido, el Celta tuvo la última del partido, en una contra tras otro pésimo balance defensivo del Madrid, en el que Douvikas remata solo, en el que no coge portería por poco, tras buen centro de Sotelo.
Y con ese susto en el cuerpo, se terminó el partido, con una victoria importante del Madrid que le permite con posibilidades de asaltar el liderato en el Clásico, contra el Barcelona, del día 27 en el Bernabéu, y de paso meter presión a los culés en su partido de esta noche contra el Sevilla, antes de su enfrentamiento directo.
La conclusión básica que se puede sacar de este partido, es que la calidad individual (en un equipo con poco fútbol) de los jugadores del Madrid (desde Mbappé a Courtois, pasando por Modric y Vini) se ha impuesto al buen juego (aun con peor calidad en sus jugadores) del Celta de Vigo, que esta dejando buenas sensaciones en este inicio de temporada, pero que en ese tipo de partidos se han dejado más puntos de lo que su toque transmitía (como ante el Villarreal y Atlético) por pequeños detalles, no obstante creo que darán mucho que hablar en esta temporada, con Iago Aspas y Claudio Giráldez a la cabeza.
Respecto al cuadro madridista, no llega con el mejor de tono de juego y físico, a los dos de los más partidos decisivos de la temporada (Dortmund en Champions, y Barcelona en Liga, ambos en el Bernabéu).
Es cierto que el nivel de juego del Madrid para estos dos partidos es preocupante, en el que solo la calidad individual de sus jugadores en momentos puntuales están sacados muchos partidos adelante, aunque no se debería estar a merced de este sistema, ya que no siempre funciona, hay que currárselo más en los entrenamientos, para plasmarlo en los partidos. Pero el Madrid en las situaciones límites y en ese tipo de partidos de máxima dificultad, y en esta ocasión está no es diferente, sus futbolistas suelen sacar lo mejor de ellos mismos y juegan con más energía, que en partidos de menos glamour.
Este equipo si algo ha demostrado es saber reponerse de situaciones límite y de máxima dificultad, el año pasado sin ir más lejos con las ausencias destacadas tanto dentro (con lesiones de jugadores importantes) como fuera del equipo (con la marcha de Benzema) el equipo ganó LaLiga, y casi contra todo pronóstico, la Decimoquinta Liga de Campeones en Wembley.
Toca confiar en que la dinámica de juego mejorará, y que allá por Mayo y/o Junio, el Madrid pueda volver a Cibeles para levantar y celebrar con la afición, una Champions y/o Liga.
¡HALA MADRID Y NADA MÁS!
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