A vida o muerte

La semana decisiva de Zinedine Zidane ha empezado de la mejor forma posible. De los tres “matchballs” que se le presentaban a los blancos, el grupo ya ha salvado el primero tras derrotar al Sevilla por la mínima en el Pizjuán. Y el fin de semana que viene, toca el derbi contra el Atlético de Madrid. Si en todas y cada una de las vidas que quedan por delante planteáramos la misma situación, en todas pensaríamos que el francés realmente se la juega contra los rojiblancos. Quiero decir, es un derbi. ¿Qué puede haber más decisivo que eso? Pues bien, en este 2020 tan atípico y en esta temporada tan tremendamente rocambolesca, el que se presupone Rey de Europa se juega el cese de su entrenador y SU PASE A OCTAVOS en la última jornada de la fase de grupos ante el Borussia M’gladbach. Como digo, si remontáramos todas las vidas que quedan por delante, en el 90 % de ellas, este encuentro sería un simple trámite para los blancos. O como mucho se jugarían el primer puesto. Pero el Real Madrid no solo se juega el pase, es que además solo vale ganar.

Pero Zizou tiene una ventaja y una serie de buenas noticias. La ventaja, que además desde que llegó al banquillo madridista viene siendo su mayor fortaleza, es que el grupo está a muerte con él y además, no tienen ninguna duda de que van a resolver esta situación y que será con el francés al frente. Ya lo ha dicho Casemiro en rueda de prensa, que se presume como uno de los pilares dentro del vestuario: “Esto es una final y el grupo lo sabe; y en este club las finales no se juegan, se ganan”. Y por si fuera poco, Zidane comienza a recibir buenas noticias (aunque no quiero hablar muy alto): la enfermería blanca empieza a vaciarse. Daniel Carvajal y Sergio Ramos vuelven con el grupo, además de Benzema que ya pudo estar en Sevilla. Valverde empieza ya a tocar balón y Jovic está a punto de regresar. Quizás, la peor de las novedades es que Odegaard y Mariano vuelven a sufrir molestias, y lo de Hazard parece que se demorará hasta el nuevo año. Aún así, el marsellés puede contar con gran parte de la plantilla para el encuentro ante el Gladbach en Madrid y parece que prácticamente todos estarán ante el Atleti. 

Sin embargo, todo este hilo de certezas comienza a tornarse en dudas cuando recordamos el rival que tienen enfrente los locales: el Borussia Monchengladbach. En Alemania, los germanos ya pusieron en serios aprietos a los españoles, además de haber completado una grandísima fase de grupos endosando dos palizas al Shakhtar, empatando como digo ante el Real Madrid y sacando también otro punto ante el Inter. Los de Rose han sido líderes durante prácticamente toda la fase previa y como es el fútbol, que si hoy caen derrotados, se van para Europa League. Sin embargo, los bávaros han dejado más luces que sombras en Champions pese a que en Liga no ocupan siquiera puestos europeos: futbolistas como Embolo, Plea, Thuram, Zakaria o el fantástico Florian Neuhaus conforman un equipo de escándalo que aplican muchísima verticalidad en cada acción. Un doble pivote que respalda a una defensa que quizás sea la línea más floja, y una delantera en la que, jugue quien juegue, siempre consiguen llevar peligro sobre la meta contraria y crear incertidumbre en la defensa; ya lo demostraron Plea, Thuram, Stindl o después Embolo en el partido de ida en Alemania.

Por tanto, lo último que debe hacer el elenco de Zidane es confiarse. Todos los errores en esta Champions League se pagan. Ya lo han vivido en los dos partidos ante el Shakhtar y por el contrario, el grupo es consciente de que, cuando realmente han querido y han luchado, como en ambos partidos ante el Inter, han sido capaces de dejar grandes sensaciones. Por tanto, es el momento para que los chicos de Zidane devuelvan toda la confianza que su míster ha depositado en ellos desde que llegó. Saben que el francés nunca les ha pedido nada, ni siquiera rendimiento. Quiero decir, hasta en sus peores momentos, ha apostado por ellos. Nunca ha querido fichajes, siempre han sido ellos. ZZ triunfó y por eso morirá con los suyos. Y es ahora o nunca. Como se dice coloquialmente, los chicos tienen que “salvarle el culo”. Y seguro que en el vestuario se sabe. Es más, SEGURO que todos y cada uno de ellos confía. Desde Benzema a Isco; desde Kroos a Marcelo. Todos están con él y es la semana para demostrarlo.

POR: ANTONIO MATEOS 

@Antonio_MateosR

AM

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