De acuerdo con la crónica anglosajona, los vikingos siguieron una serie de pequeños ataques en Inglaterra. Sonados fueron los del 793 cuando los nórdicos atacaron un pequeño monasterio en Lindisfarne, arrasando con todo y todos. O en el 865 cuando el gran ejercito vikingo liderado por Ivar “El deshuesado” consiguieron adentrarse hasta la ciudad de York y conquistarla.
Los vikingos no siempre lograron ganar fácilmente en sus incursiones. En una ocasión, en Inglaterra, una pequeña flota atacó un rico monasterio en Jarrow. Los vikingos se encontraron con una fuerte resistencia que los esperaba: acabaron con sus líderes, los incursores escaparon, solo tenían sus barcos embarrancados en Tynemouth y la tripulación había sido asesinada por la población local.
Pero eso no frenó sus ansias de conquista y en el año 2000 liderados por el comandante Fernando Redondo, un vikingo reconvertido. Aquel día llegaron hasta el interior desde la costa oeste, hasta un asentamiento conocido como Manchester. Allí, el comandante Redondo con su innovadora técnica del taconazo, dejo el recuerdo vikingo para el resto de la historia en aquella ciudad. Aunque como buenos vikingos, regresaríamos dos veces más, para recordar quien reina en Europa. Una apenas tres años después con Ronaldo Nazario “el gordo” al frente de las tropas y otra diez años después liderados por Luka Modric “Lukita”
Fue así como la leyenda de los vikingos blancos se forjo en la ciudad de Manchester donde con solo oir su nombre, las calles se ensombrecían. Pero en los últimos años, un nuevo asentamiento en Manchester se intenta revelar en Europa, hasta el punto de asaltar nuestra ciudad. Por eso, hoy nuestros guerreros tienen una cita con la historia, con nuestra historia. Zidane “el Galo” comandara las tropas a una batalla donde nuestros mejores hombres darán todo por la victoria. Hoy el peso de mil años de historia nos hará volar por las verdes praderas de Manchester. En cada incursión de Vinicius, podremos sentir el hacha de Halfdan, en cada instrucción de Kroos veremos a Ivar liderando el ejército. Cuando suene el pitido inicial, el cuerno de Guthrum retumbara en los tímpanos del rival, porque nada teme más un ingles que a un vikingo con sed de venganza.
Esta noche no tenemos nada que perder, esta noche la historia nos acompañara en cada jugada, en cada alarido y en cada pelea. Somos vikingos, honremos nuestro nombre.