Las dinámicas positivas han de tener un comienzo. Cuando son tan necesarias para revertir la tendencia negativa de la que se viene, de la que no se sabe cómo salir y que parece no tener fin, no importa mucho que ese inicio sea logrado a base de suerte o con una actuación no tan buena, o mala sin paliativos, en comparación con la que se estaba teniendo hasta ahora.
Exactamente esto es a lo que nos queremos aferrar los Madridistas en el momento actual de nuestro Real Madrid. De ahí que la victoria de antes del sábado ante el Real Valladolid resulte tan importante, por más que se lograra de forma casi agónica, con un gol de esos que los clásicos dirían “de churro” o si me apuráis con un nivel de juego tan pobre como el que venía exhibiendo el equipo a lo largo de las últimas semanas. Porque de no haber ganado el sábado, la frase “a perro flaco todo son pulgas” se nos hubiera podido aplicar sin mucho margen de error tras contemplar la remontada in extremis del Barça en Vallecas ante el Rayo tras ir perdiendo 2-1 a falta de escasos minutos para el final.
Y no cabe duda de que hubiera sido muchísimo mejor que el Barça hubiera perdido, porque cuando se trata de cambiar patrones psicológicos cualquier refuerzo positivo es bienvenido. Pero no fue así y tampoco hemos de rasgarnos las vestiduras por ello; de hecho es casi más “auténtico” recuperarse por uno mismo que tener que apelar a la ayuda de terceros.
En cualquier caso, de lo que se trata es de poder refrendar el miércoles que esta victoria sirve como inicio de la nueva línea a seguir.
En éstas vamos a Plzēn esta semana. Y digo vamos en sentido literal, porque este modesto articulista ha decidido poner en práctica también en este partido lo de apoyar #DesdeLaGrada. A priori un desplazamiento propicio por la entidad del rival y por la competición de la que se trata. Quizá el lugar donde pueda empezar a discernirse la temporalidad o no del nuevo técnico madridista. Solari se la juega, sí, pero la suerte del entrenador será la del Madrid. Momento para ver qué decisiones están por tomarse y cuáles de ellas tendrán influencia en la puesta en escena de la plantilla: sistema de juego, equipo titular, gestión de egos, preparación física…
Lo que está claro es que por regla general no hace falta mucho para que la ilusión se despierte entre los aficionados merengues, pero ahora nos encontramos en un momento en el que va a hacer falta un esfuerzo extra de los integrantes de la plantilla para que vuelvan las buenas sensaciones a la parroquia blanca.
De momento, habrá que seguir deseando que está tendencia se revierta para que podamos seguir optando a todos los objetivos posibles.
Aún tenemos tiempo y fe nos sobra. Y la fe mueve montañas. Pero también hace falta fútbol. Busquémoslo. #HalaMadrid
