Crónica: Real Madrid 2-0 Celta de Vigo

Victoria cómoda con goles de Asensio y Militao en un partido soso y sin mucha historia que contar.

Victoria por 2 goles a 0 en el Santiago Bernabéu en el partido correspondiente a la jornada 30 del campeonato de Liga.

Llegaba a nuestra casa el Celta de Vigo, rival que a priori gusta mucho de tocar el balón y cuyos ataques suelen avanzar por ese buen criterio a la hora de trenzar las jugadas. Sin embargo, también es un equipo el vigués que habita en tierra de nadie ahora mismo en la Liga, situándose a mitad de tabla con 8 de ventaja sobre el descenso y a 11 de Europa.

Para este enfrentamiento, Carlo Ancelotti lanzó a los siguientes 11 guerreros: Courtois; Nacho, Militao, Rüdiger, Camavinga; Tchouaméni, Valverde, Ceballos; Asensio, Benzema, Vinicius.

Ya metidos en materia en la crónica, hay que destacar el nivel aburrido y soso que vivió el aficionado que se sentó a intentar disfrutar del partido de hoy, tanto en la primera parte como en la segunda, siendo lo más destacado del partido los goles del conjunto blanco.

El primero llegó en el minuto 42, tras una recuperación de Camavinga en mediocampo. El balón le llegó a Dani Ceballos, quien esperó durante unos segundos para meter un magnífico pase en profundidad a Vinicius, que desbordó por su banda, se adentró en el área y cedió atrás para que Marco Asensio, llegando desde segunda línea y tras un ligero desvío de la defensa celtiña, rematase al fondo de las mallas para marcar el 0-1.

Precisamente, el jugador balear fue el asistente en el minuto 48 del segundo gol, tras un medido saque de corner hacia la cabeza de Eder Militao, quien remató de cabeza inapelable y totalmente solo para certificar el definitivo 2-0 en el marcador.

A partir de este segundo gol, el Madrid comenzó a gustarse y a intentar trenzar jugadas de puro disfrute de los jugadores, siendo Camavinga el jugador más destacado ofreciendo una auténtica exhibición de controles, fuerza física, velocidad, ritmo y añadiendo a todo eso un sinfín de detalles técnicos como caños regates o taconazos para asistir a sus compañeros. El mayor ejemplo de esta exhibición llegó al minuto 60, cuando una portentosa carrera suya en defensa cortó de raíz un balón dividido que luchaba Iago Aspas y que, de haber llegado a controlar el jugador de Moaña, hubiera generado peligro a la portería blanca.

Quizá Aspas fue de los pocos que generaron algo de peligro real en los gallegos, junto con Gabri Veiga durante la primera parte, pero realmente todos esos intentos de ataque eran pura casualidad y no generaban verdadera sensación de miedo a la defensa blanca.

De ahí hasta el final, destacar diversas ovaciones del público a sus jugadores, siendo Marco Asensio quien se llevaba el premio de la afición reconociendo su gran partido. Los siguientes fueron Vinicius y Ceballos en sus salidas del campo y Luka Modric, quien se llevó el cariño de la gente tanto al salir a calentar como en su entrada al campo. Aparte del croata, los otros dos jugadores en entrar al campo fueron Lucas Vázquez (por Asensio) y Rodrygo (por Vinicius).

Por poner un punto y final a la crónica, citar que tanto Karim como Vini se llevaron en sus piernas algunos minutos jugados de más, y que en el último tramo del partido se buscó con demasiada insistencia el gol del jugador francés, sacrificando así otras opciones más sencillas de meter el tercer gol y matar aún más el partido.

Pero a lo importante: otro partido sin encajar goles, nos ponemos momentáneamente a 8 puntos y el martes a las 19:30 llega el Girona. Toca seguir a tope.

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