Crónica de una sentencia clásica: Real Madrid 3-2 FC Barcelona

Era el día, se respiraba en el ambiente. Los ecos de Manchester, aún resonando en las cabezas de los más acérrimos, comenzaban a ser una cosa del pasado para dejar su hueco a la banda sonora más antigua de la competencia nacional, la contienda que a más guerreros atrae en el fútbol. Sí, amigas y amigos, era día de Clásico.

Jornada 32 del Campeonato de Liga y las espadas por todo lo alto obligaban al Real Madrid a librar otra batalla que podría ser definitiva en la lucha por el título si la ventaja ascendía a 11 puntos. Por su parte, el Barça de Xavi intentaría luchar por reducir la distancia a 5 y mantener esperanzas vivas de aún luchar por conseguir la Liga.

Para el partido de hoy, Carlo Ancelotti dispuso el siguiente 11 inicial: Lunin; Camavinga, Tchouaméni, Rüdiger, Lucas Vázquez; Kroos, Modric, Valverde, Bellingham; Vinícius, Rodrygo.

Por parte de los de Xavi, los titulares fueron estos nombres: Ter Stegen; Cancelo, Cubarsí, Araújo, Koundé; De Jong, Christensen, Gündogan; Raphinha, Lewandowski, Lamine Yamal.

El partido tuvo de todo y esto se vio desde los primeros minutos del encuentro, con un Barça muy presionante arriba y poniendo en serios problemasa salida de balón del conjunto blanco.

Fruto de esta presión, llegó un error de Vinícius en un pase hacia atrás que encontró a Raphinha solo en el área y ante el que Kroos se tuvo que emplear a fondo para evitar males mayores enviando el balón a corner. Precisamente de ese córner, llegaría el primer gol en contra del Madrid en la noche de hoy. Un centro pasado de Raphinha supera a Lunin en una mala salida del portero ucraniano, más pendiente de buscar la falta que del despeje, y encontraba la cabeza de Christensen quien remataba a placer.

No tardó en reaccionar el Real Madrid tras el gol y una buena jugada de Tchouaméni colgando un balón al área acababa por ser prolongada de cabeza por Modric y Vinícius no llegaba a rematar a puerta de manera adecuada.

Pero de esta reacción del Madrid llegó el empate en el marcador, en una buena internada de Lucad Vázquez por banda tras regatear magistralmente a Cancelo y encontrarse con la pierna de Cubarsí, que derribaba al lateral gallego. Vinícius se encargaría de lanzarlo a su derecha, imposible para Ter Stegen que aun así había adivinado la trayectoria del balón, para realizar el 1-1.

Si el Madrid atacaba por empuje, el Barça metía miedo en cada jugada a balón parado. No fue el día del Madrid en esta tesitura, que tras haber repelido 18 saques de esquina contra el City el miércoles, aquí sufría mucho para intentar detener los centros del rival.
Justamente en una de estas ocasiones a balón parado llegó una jugada para analizar detenidamente:

Corner lanzado por bajo que era desviado ligeramente por Lamine Yamal en el primer palo y Lunin repelía como podía el balón, que sin una toma clara no se supo si había entrado completamente en la portería o no. Posteriormente al cierre del partido, pudimos tener imágenes aéreas que decretaban que el balón nunca rebasó la línea, con lo cual no fue gol.

Este toma y daca de ocasiones continuaba mostrando la gran intensidad y ritmo con el que se estaba jugando el partido y, sobre todo, denotaba las necesidades de ambos equipos. Primero Raphinha para el Barça mandaba un balón arriba cerca del larguero blanco y posteriormente Modric amenazaba la portería de Ter Stegen en una buena jugada de combinación del Madrid.

Antes del descanso, el infortunio se cebó con De Jong quien en un contrabalón con Fede Valverde se llevaría la peor parte y tenía que salir lesionado del campo.

Ya en el segundo tiempo, el guión no cambiaba nada aunque los cambios esta vez parecían desequilibrar el partido.

Entró tarde el Madrid a ese carrusel y la energía desde el banquillo aportada por Joao Félix, Ferrán y Fermín le daban otro impulso al Barça. Esta marcha extra provocó que llegase el momentáneo 1-2 en una jugada que encontró a Lamine Yamal solo en el pico del área. El joven culé centró al corazón del área, Ferrán despistó a Lunin y sería Fermín quien empujase el balón para poner por delante a su equipo. Mal Lunin otra vez, que no tuvo su noche.

Como detalle, Fermín iría el fondo de aficionados del Madrid y celebraría el gol burlándose de la celebración de Jude Bellingham. Ay, angelito, con lo caprichoso que es el fútbol…

Pero este gol, lejos de amedrentar al Madrid, parecía despertar a la bestia y, tras los primeros cambios con Fran García y Brahim entrando por Kroos y el amonestado Camavinga, tocaba arrebato y el equipo parecía revivir.

Gracias a esta resurrección, llegó el gol del empate. Un centro de Vinícius desde la izquierda encontraba totalmente solo a Lucas Vázquez quien con una preciosa volea conseguía hacer el 2-2. El Bernabéu comenzaba a estallar tras el gol, quizá sabedores de lo que vendría a continuación. Curiosa esta jugada pues el asistente no estaba haciendo su mejor partido y aún así conseguía ser decisivo y el goleador, en cambio, seguía cuajando uno de sus mejores partidos de siempre.

Este empate no era suficiente para el Real Madrid, quien veían cómo su rival se desinflaba quizá preso de la necesidad y tanto va el cántaro a la fuente que en el descuento, al minuto 91, una jugada de ataque de, quién sino, Lucas Vázquez, acababa en un centro al área que Joselu no conseguía rematar y el balón suelto lo alcanzaba Jude Bellingham completamente solo para remachar a la red y certificar la remontada.

3-2, sin tiempo para mucho más y 3 puntos que más que oro, son absolutos diamantes que hicieron estallar emde alegría y felicidad al Estadio Santiago Bernabéu. Nos vemos con el título ya, con la ilusión de un posible doblete y hay que celebrar hoy.
Pero no olvidemos: “Job’s not finished”.
Toca pensar en la salida a Anoeta el viernes, a hacer lo nuestro y que siga sonando bien alto la música del deber bien hecho.