Respeto y libertad
Estamos llegando al final del año 2018 y lo que más resuena en nuestras emisoras y en nuestras televisiones son dos palabras que en muchas ocasiones van de la mano: “respeto y libertad”.
Si pones la televisión no dejas de escuchar la palabra “libertad”. Libertad para los presos, libertad para los pueblos oprimidos, libertad para Isco que no juegue encorsetado en un sistema que le pega a la banda y le aleja de su zona de influencia, incluso en verano escuchábamos aquello de “libertad para Fulanito” para que le dejaran venir a nuestro equipo.
Cambias de canal y la cosa no es muy distinta, si Fernando Alonso, ídolo de muchos y auténtico estandarte del motor en España decide abandonar la Fórmula 1, pedimos “respeto” porque se ha ganado el derecho a decidir. Si a Serena Williams la sancionan de forma justa por recibir instrucciones de su entrenador, ella muy airada pide el mismo “respeto” que los árbitros brindan a los hombres, y ya si quieres rizar el rizo puedes escuchar al Cholo Simeone pidiendo respeto para sus jugadores; porque él cree que deberían estar nominados a todos los premios. Pese a caer eliminados en la fase de grupos de la Champions League.
Hasta aquí todo es normal, llegaría incluso a comprar que cada una de esas peticiones de libertad y respeto vaya sumando adeptos y se conviertan en una petición generalizada o en un movimiento viral en el que en ocasiones te encuentras con defensores vehementes de la causa que ni tan siquiera sabrían explicarte muy bien el porqué de su causa. El problema se presenta cuando esto afecta a nuestro querido Real Madrid, porque claro, aquí no valen las opiniones de los demás ni las necesidades de los jugadores.
Cuando hablamos de respeto se nos olvida pedirlo para Benzema por ejemplo, que lleva nueve años trabajando para que el protagonista indiscutible sea el que brille en cada actuación, relegándose de forma consciente a un papel secundario de asistente. Soportando comparaciones, silbidos, menosprecios e incluso insultos. Jamás ha levantado la voz, nunca coqueteó con otros equipos, es más, lejos de eso; este verano acalló todos los rumores de marcha, llamando mentiroso a un periodista, cosa que por ejemplo no hizo uno de los jugadores más queridos como es Luka Modric, al que se respeta y se venera.
Y sin cambiar de tercio podemos incluir en ese saco a Gareth Bale, jugador llamado a liderar este equipo los próximos años. Ninguneado hasta el extremo por el mero hecho de tener mala suerte con las lesiones, exigido hasta límites incalculables -cuando a otros compañeros se les ha perdonado todo-, menospreciado por no marcar cincuenta goles al año, criticado e insultado por no hablar en perfecto castellano -pese a haber demostrador su amor al club y declarar en varias ocasiones que está encantado con el club y la ciudad-. Da igual que admitiera haberse equivocado con sus declaraciones tras la final de Champions, incluso pese a haber marcado en varias finales, cada día vemos cómo se saca a Bale del pelotón de cabeza de jugadores ‘top’ mientras se ensalza a jugadores que salieron del club sin decir esta boca es mía.
Y si hablamos de libertad el tema es incluso peor, hemos llegado a un punto en el que ni tan siquiera puedes expresar tu opinión en el estadio o en las redes sociales, porque enseguida eres etiquetado en un bando. Y yo me pregunto, ¿desde cuándo dentro de una misma afición existen bandos? ¿Por qué no podemos estar todos remando a una, aunque tengamos distintas opiniones?
Hemos convertido una pasión en un centro de discusión, en multitud de ocasiones demasiado acaloradas. Parece que vivimos más pendientes de qué va a poner en una red social ese madridista que no nos cae muy bien para intentar rebatirle o criticarle. Ayer @kundera212 lo dejó bien claro al final de su famoso “debatuit”: «Busquemos lo que nos une en vez de mirar lo que nos separa», y suscribo cada palabra de esa frase.
Dejemos de buscar nuevas modas y movimientos por los que gritar “respeto y libertad”; porque los que más necesitan de eso, son los nuestros. Porque el Real Madrid no es una moda, es una forma de vida.
Los comentarios estan cerrados.