Euroliga | Jornada 11 ~ Crónica | Real Madrid 77-87 Panathinaikos
El Real Madrid perdió su primer partido en casa de la temporada tras verse superado de principio a fin por un Panathinaikos muy inspirado. El equipo griego, uno de los favoritos al título, dominó el ritmo y el juego interior y exterior durante toda la primera parte. Sus bases y escoltas marcaron diferencias constantes, mientras Cedi Osman castigaba desde el alero. El Madrid nunca logró sentirse cómodo en defensa ni en ataque. La brecha se hizo evidente antes del descanso.
En el comienzo del duelo, Kenneth Faried fue un factor diferencial con su intensidad y su capacidad atlética pese a su edad. Tavares sufrió en el emparejamiento directo y tardó en entrar en partido. Aunque el gigante caboverdiano mejoró en la segunda mitad, ya era demasiado tarde. El Madrid ganó ese tramo por 39-35, pero sin opción real de remontada. El marcador final de 77-87 incluso suaviza la superioridad griega.
La defensa madridista mostró lagunas graves que facilitaron el crecimiento ofensivo del Panathinaikos. El equipo de Ataman, que no suele destacar desde el triple, se soltó con un 54% en la primera parte. Jugadores como Nunn, Osman, Sloukas y Rogkavopoulos encontraron tiros cómodos. TJ Shorts recuperó sensaciones y rompió una y otra vez la primera línea defensiva. Sus penetraciones y capacidad para sacar faltas descolocaron al Madrid.
Sloukas, por su parte, ofreció una auténtica clase magistral de lectura de juego. Llull no pudo frenarlo y las ayudas llegaban tarde, permitiendo mates fáciles de Faried. El veterano griego encadenó un 2+1, un triple y varias asistencias que desarbolaron al Real Madrid. La defensa blanca se rompía en cada ataque rival. Las ventajas crecían sin encontrar respuesta sólida.
El Madrid llegó a perder por 19 puntos y solo Andrés Feliz sostuvo al equipo en los minutos más críticos. El dominicano defendió con agresividad a Nunn y Shorts, además de aportar penetraciones decisivas. Su energía permitió reducir ligeramente la sangría en el tercer cuarto. Sin embargo, otros jugadores como Lyles sufrían en cada emparejamiento. La descompensación entre líneas seguía siendo evidente.
Scariolo intentó reaccionar con un quinteto pequeño para darle mayor velocidad al ataque. Hezonja y Okeke actuaron como interiores, con Campazzo, Maledon y Feliz por fuera. La idea no funcionó: las pérdidas y los fallos en tiros abiertos pesaron demasiado. Sloukas y Osman castigaron cada decisión errónea. El Madrid no consiguió bajar la diferencia a menos de diez puntos.
En el último cuarto, el conjunto blanco siguió atascado tanto en la anotación como en la defensa. Las protestas a los árbitros no cambiaron la tendencia del partido. Panathinaikos mantuvo el control gracias a su solidez y a la incapacidad del Madrid para encadenar buenas posesiones. La derrota deja claras las tareas pendientes de Scariolo. Jugar en casa ya no es una garantía para un equipo que necesita recuperar rigor defensivo y pólvora exterior.
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