5 años del último partido con Mourinho

En estos días donde el madridismo aún no asimila la repentina y dolorosa marcha de Zidane, también recordamos la partida de otro técnico que dejó su huella en el Real Madrid durante los tres años que estuvo al frente del equipo.

Hoy se cumplen cinco años del último partido de José Mourinho, como director técnico del Madrid. Cinco temporadas sin un hombre que causó un revuelo entre la prensa, afición y rivales. Siempre fiel a su sinceridad, Mou fue un técnico que iba de frente para defender el escudo del Real Madrid, su historia y la meritocracia dentro del club.

En su último partido en el Bernabéu, su protagonismo alcanzó un límite insospechado. Una nube de reporteros lo rodeó al primer segundo de pisar el área técnica, al grado de tener que parar el encuentro porque no podía ver el terreno de juego. Todos estaban pendientes del mínimo movimiento del estratega portugués.

Arriba, en la grada, la afición estaba dividida. Cuando la megafonía del estadio mencionó su nombre, surgieron aplausos y abucheos que se combinaban con los cantos del fondo sur para despedir a Mou.

Un último partido que de alguna manera se esperaba inverosímil, polémico, nostálgico, enigmático y hasta un poco sinsentido al mismo tiempo. Recordemos que el Real Madrid recibía al Osasuna y que no se jugaba nada, ya que la temporada terminaría en blanco y por ese motivo, el adiós de Mourinho estaba más que anunciado.

En la alineación de aquella tarde de junio no estaban muchos de los titulares de esa temporada. Algunos por lesión, otros por decisión o por sanción, mirarían el juego desde el palco. Casillas, Cristiano, Ramos o Pepe, fueron algunos de los ausentes en la última jornada. Solamente 11 jugadores del primer equipo estuvieron en esa convocatoria.

Por aquél entonces podíamos ver a Ozil, Higuaín, Essien y Callejón sobre el césped, haciéndose presentes en el marcador, dedicando los goles a su director y despidiéndose del Santiago Bernabéu.

XI Real Madrid: Jesús Fdez., Carvalho, Arbeloa (Diego Llorente 85´), Albiol, Özil (Mascarell 81´), Essien, Modric, Di María (Nacho 46´), Benzema, Higuaín, Callejón. En el banquillo quedaron Adán, Fabinho y Morata.

El legado de Mourinho fue más modesto de lo que se esperaba, en cuanto a títulos se refiere. Una Copa del Rey, una Liga (la de los 100 puntos y los 121 goles) y una Supercopa de España, fue lo que consiguió con 128 victorias en 178 partidos dirigidos.

Pero también dejó la base sobre la que ahora se sostiene gran parte del éxito de la actual plantilla. Bajo su mando, llegaron jugadores tan importantes como Modric, Casemiro y Varane. Reubicó a Ramos, para convertirse en el mejor central del mundo; dió más libertad a Cristiano para convertirse en más killer de lo que ya era; insistió en la calidad de Luka para refrescar el centro del campo y confió en un canterano como Nacho para que comenzara a afianzar su progresión en el primer equipo. Pero lo más importante de todo fue que, devolvió la ambición al equipo para volver a una semifinal de Champions League, el torneo que se había convertido en la peor pesadilla madridista.

Tres semifinales seguidas, un estilo de juego vertical, letal en el contragolpe, rápido, voraz y efectivo. El Madrid recuperaba ese brillo y esa agresividad en el ataque que devolvía los nervios y la sangre caliente que se había perdido.

La salida de Mourinho se debió a más factores sociales y mediáticos, que deportivos. Las razones pueden ser innumerables, pero sólo se puede sacar un balance positivo de su paso por Chamartín, si en estos días donde se busca un nuevo técnico, su nombre aparece entre las opciones a elegir.

 

Por cierto, ese último partido se ganó 4-2 y así dijo adiós; o tal vez se trataba de un hasta pronto.

@lore13PG

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