Dicen los expertos que para andar por la nieve lo mejor es usar raquetas, al igual que para jugar al frontón. Pronto descubriríamos cuan necesarias eran estas herramientas para todo, en el día de hoy.
Tras un viaje algo accidentado de los nuestros, por causas meteorológicas y ya una vez instalados en Pamplona, tocaba medirse a Osasuna. Al que desde aquí agradecemos su esfuerzo para que el terreno estuviera lo más practicable posible.
El césped estaba irregular, con zonas nevadas, zonas verdes perfectas desde la cámara y zonas embarradas. Ambos equipos se tomaron su tiempo para probar el verde, ninguno quería hacerse daño. Así transcurrieron los primeros quince minutos donde nada pasaba cerca de las áreas. Fue justo en el quince cuando Hazard tras una buena pared con Benzema tensaba un centro desde el área pequeña que se paseaba por delante de la meta rojilla.
La contienda seguía sin ofrecer grandes alardes ni de calidad ni de ocasiones. A la media hora en un saque de esquina llegó la mejor ocasión local del partido. Oier cabeceaba en el primer palo exigiendo la estirada de Courtois, la jugada se embarullaba y Osasuna dispuso de dos disparos más tras rechaces, ambos estrellados en el cuerpo de un defensa blanco.
El Madrid veía como cada pelota que intentaba meter entre la poblada y hundida defensa osasunista le era devuelta como si de una pared se tratase. Ninguno de los centros laterales tendrían éxito, solo uno tenso de Modric con el exterior, hizo que Herrera despejase y nos diera alguna esperanza, pero ni aun así. La primera parte moría mientras veíamos como no encontrábamos la forma de perforar la defensa rival.
Tras la reanudación el equipo parecía mas vivo pero con la misma cantidad y calidad de ideas. El Osasuna cómodo en su posición defensiva no tenía ninguna intención de irse arriba para nada, un punto es un punto y contra el Madrid es un puntazo. Mientras el Madrid se volcaba si éxito, los pamplonicas se apoyaban en Ruben que lo hizo todo bien, para tener alguna salida, pero todas morían en tres cuartos de cancha.
Asensio se disfrazó de 2016 y tras un control exquisito disparaba desde fuera del área, pero respondió perfecto Herrera. Y ese fue todo el peligro real que generó el equipo, ya que pudimos ver dos goles, uno de Benzema y otro de Ramos, pero ambos de fuera de juego.
Mal todo en el día de hoy, mal el planteamiento inicial, porque si vas a jugar a centrar necesitas alguien que remate. Mal el campo, que pese a los esfuerzos de los operarios de Osasuna, se hacía muy difícil practicar un fútbol vistoso. Mal los jugadores que no supieron encontrar soluciones. Mal el arbitro que perdonó al menos 2 tarjetas claras a los locales y mal el resultado que nos aleja de un liderato que se antoja complicado.
Ahora a pensar en la Súper Copa que nos jugamos un título.