Crónica| Real Madrid 89-76 Iberostar Tenerife
Llegaba el Iberostar Tenerife al WiZink con ganas de plantarle cara al líder, pero la gasolina le duró poco más de un cuarto. Por su parte, los de Laso supieron reaccionar a tiempo a un bombardeo canario desde más allá de la línea exterior.
El primer cuarto se caracterizó por el acierto exterior del Iberostar, con cuatro de cinco desde la línea de tres, y por una nefasta defensa de nuestros exteriores. No le salía nada en ataque a los nuestros, tanto es así que, para la última jugada del cuarto, Pablo Laso pedía tiempo muerto para preparar una última ofensiva. Pero Doncic falló el pase y acto seguido Maciulis cometía falta antideportiva, resultado 18-21 para los visitantes.
En el segundo cuarto se apretó en defensa. Laso mandó cambiar varias veces de zona a individual, lo que hizo desesperar a los canarios, que bajaron su porcentaje de acierto. Se subió la velocidad en ataque, propiciado por bajar los centímetros del quinteto y eso nos llevó hasta el ecuador del partido con ventaja de 43-34.
Volvimos del descanso como nos habíamos ido, con un ritmo trepidante en ataque y viendo diferentes defensas para incomodar a los de Tenerife. Facundo Campazzo decidió que era el momento de hacerse dueño y señor del partido, y tras varias penetraciones en las que se antojaba imparable incluso con ayudas, dejaba el partido listo para sentencia y todo el pabellón a disfrutar con los suyos. El marcador ya reflejaba un cómodo 68-53.
El último cuarto fue casi una anécdota, con un Tenerife totalmente desconectado y un Madrid que se sentía cómodo intercambiando golpes. Finalizaba el encuentro con un 89-76 a favor de los de Laso que, visto lo visto, dedicó cuarto y medio a hacer probaturas defensivas de cara a la Copa (si es que se disputa), que comenzará este jueves frente a Unicaja.