Crónica: RB Leipzig 0-1 Real Madrid

Un sensacional gol de Brahim Díaz y la impecable actuación de Andryi Lunin conceden ventaja al Real Madrid en la ida de octavos de la Champions League. El Leipzig, buen rival, plantó cara durante todo el partido y puso las cosas muy complicadas al conjunto madridista.

Partido de ida de los octavos de final de la Champions League en partido disputado en Alemania, país de recuerdos variados en la historia del Real Madrid siendo lugar de grandes alegrías en los últimos años, pero históricamente un territorio bastante hostil y negativo para el conjunto blanco.

El rival, el Leipzig, es de esos equipos que llevan ya varios años haciendo las cosas muy bien y plantando cara a cualquier rival que les llegue en Champions. Además jugaban de local en la noche de hoy, lo que siempre añade un punto de peligrosidad al rival. Su once inicial contó con los siguientes elegidos: Gulácsi; Simakan, Klostermann, Orban, Raum; Dani Olmo, Henrichs, Slager, Xavi Simons; Openda, Sesko.

Por su parte, los muchachos de Ancelotti formaron con los siguientes elegidos: Lunin; Mendy, Nacho, Tchouaméni, Carvajal; Kroos, Camavinga, Valverde, Brahim; Vinícius, Rodrygo.

El partido arrancó con doble susto muy pronto, marcando la tendencia de noche difícil y dura que iba a ser durante el resto del partido. Una indecisión entre Carvajal y Mendy provocó que el balón quedase suelto cerca del área y, afortunadamente, salió por línea de puerta sin crear mucho más peligro del que podía haber originado.
Se pitó corner en esa jugada y vendría la polémica: el lanzamiento era despejado por Lunin,concediendo un rechace a la frontal del área que fue aprovechado por el mediocampo del Leipzig para volver a ponerlo en el área encontrando la cabeza de Sesko, quien marcaría a puerta vacía tras una aparente mala salida de Lunin.

Sin embargo, tras la revisión del VAR, el gol se anuló por fuera de juego posicional de Henrichs, quien se quedó detrás de Lunin en todo momento e incluso llegó a empujar a Lunin levemente, acción que el colegiado tuvo en cuenta como suficiente para molestar al guardameta ucraniano y así anular definitivamente el gol. Desde aquí comunicar a quien nos lea que esta jugada suscitó debate entre los miembros de Eterno Campeón. Por mi parte diría que bien anulado, aunque la jugada deja muchas dudas.

Se intentaría despegar la presión alemana el Madrid y así llegaría la primera jugada de peligro de los visitantes, en un cabezazo de Tchouaméni que Openda sacaría casi en la línea.

Pero no estaba ni mucho menos cómodo el Real Madrid y sería el equipo alemán quien continuase atacando y castigando la defensa, siendo esta vez un disparo de Sesko el que obligase a intervenir a Lunin. Minutos después, sería Henrichs quien probase suerte sin crear demasiado peligro sobre la meta madridista.

Las sensaciones blancas en esta primera parte, si bien el Leipzig no llegaba a atacar con un peligro excesivo, fueron muy malas ya que no se tenía control sobre el partido, se salía demasiado poco en ataque y además se estaban concediendo demasiadas llegadas rivales.
Estos primeros 45 minutos, en resumen, dieron la sensación de que el equipo no estaba metido en el partido y se veía superado ante el empuje y fortaleza de los alemanes, quien también conseguían ganar por fuerza cada uno de los duelos individuales y balones divididos que existían en mediocampo.

Sin embargo, el descanso serviría para revitalizar las ideas y la claridad de decisiones en el juego y fruto de ello llegó el gol casi recién llegados del vestuario.
Sería en el minuto 49, cuando Brahim recibiría en tres cuartos de campo, comenzaría a regatear salvando las tarascadas de sus defensores y, tras marcharse de tres rivales, soltaría un latigazo precioso a la escuadra de la portería de Gulácsi. Golazo, absoluto golazo a recordar del jugador malagueño para el 0-1 y poner por delante al conjunto blanco.

Sin embargo, el Leipzig demostró que solamente se había despistado 5 minutos y, justo después del gol, Lunin tuvo que volver a intervenir por partida doble, primero a disparo de Dani Olmo desde la frontal y luego ante Openda, quien intentaba cazar el rechace.

Soberbio partido del guardameta alemán, quien se mereció al menos compartir el premio de Mejor Jugador del Partido junto a su compañero Brahim, ganador de la distinción.

Fueron minutos de intercambio de golpes y ataques entre ambos equipos y cerca estuvo el Real Madrid de aumentar su ventaja con el segundo gol si Rodrygo hubiera alcanzando portería en una jugada peligrosa para la portería alemana.

Atacaba regular el Madrid quien gozó de varias ocasiones más para aumentar la ventaja siendo la más importante la ocurrida en el minuto 72, cuando el palo repelió una gran jugada de ataque del Madrid. Recuperaba Fede Valverde en mediocampo en plena salida de balón del Leipzig, combinación entre Rodrygo, Brahim y Fede que acaba en pies de Vinícius quien tras regatear a su defensa usó el exterior para pegarle a portería. Lástima que el tóxico jugador número 12 volvió a aparecer y no aceptó que el balón entrara, pudo ser el 0-2 y quizá media eliminatoria.

Uno de los protas de la jugada anterior, Brahim, se marcharía en la siguiente jugada lesionado tras sentir unas molestias en el sóleo. Quedaremos pendientes de su evolución. El balón siguió en juego y Lunin, otra vez él, sacaría una mano providencial a disparo de Sesko, quien había chutado con muy malas intenciones y con el balón totalmente dirigido a portería.

En el cambio entraron Joselu y Lucas Vázquez en sustitución del goleador Brahim y de Rodrygo.

Justo después del cambio, la enésima actuación de Lunin volvía a privar del gol a un jugador del Leipzig, esta vez a Haidara.

Pese al acoso sería el Madrid quien tuviera el último ataque en un balón centrado hacia Joselu, quien remataba de volea y no encontraría la portería rival por muy poco.
Pero no habría tiempo para más y la ventaja sería para el Real Madrid. Momento ahora de recuperarse y pensar en el Rayo, que viene con entrenador nuevo, y luego el Sevilla y el Valencia. Toca sobrevivir en Liga para estar a tope para la guerra del Bernabéu. ¡A luchar!

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