Euroliga | Jornada 12 ~ Crónica | Real Madrid 100-99 Zalgiris Kaunas
El Madrid gana como solo gana el Madrid
El Real Madrid volvió a demostrar que hay noches en las que no juega… sino que sobrevive, y en esa frontera donde el baloncesto se mezcla con la épica, el WiZink volvió a encontrar un motivo para levantarse. Victoria por 100-99 ante Žalgiris Kaunas, un triunfo que vale algo más que una cifra en la clasificación: vale calma, orgullo y la sensación de que este equipo, incluso cuando se tambalea, sigue siendo capaz de agarrarse al partido como solo lo hace el Real Madrid.
El inicio fue esperanzador. El conjunto blanco movió el balón con intención, castigó desde fuera y dominó el ritmo del encuentro, llevando la iniciativa hasta un descanso al que se llegó con un 43-37 que reflejaba el control, aunque no la superioridad que a veces se le exige a este vestuario. Pero la Euroliga nunca permite relajarse y el tercer cuarto volvió a convertirse en una zona de arenas movedizas: pérdidas, ataques precipitados y un Žalgiris que empezó a creer demasiado. El fantasma de otras noches se asomó, recordándonos que este equipo, por momentos, juega con fuego.
Pero si algo distingue al Real Madrid, y lo sabemos bien quienes lo seguimos día a día, es esa capacidad para aparecer cuando el partido realmente importa. Y ahí emergió Campazzo: dirección, carácter, liderazgo. Junto a él, Théo Maledon firmó uno de esos últimos cuartos que empiezan a crear identidad, asumiendo tiros difíciles y respondiendo con descaro de jugador grande. Enfrente, Sylvain Francisco se empeñó en amargar la noche, pero ni siquiera su exhibición bastó para doblegar la resistencia blanca.
Los minutos finales fueron un ejercicio de nervios y corazón. Cada posesión parecía un examen final, y aun así el Madrid supo permanecer frío, cerrando un triunfo que llega en el momento justo. No fue perfecto pocas cosas lo son en la Euroliga, pero sí fue un partido que explica qué significa vestir de blanco: ganar incluso cuando el viento sopla en contra.
Este equipo aún tiene deberes, especialmente en las desconexiones del tercer cuarto, pero también tiene algo que no se entrena: alma competitiva. Y en noches así, bajo la luz tensa del WiZink, esa alma volvió a hacerse notar. Una victoria por un punto, sí, pero a veces un punto es suficiente para recordar quiénes somos.
Los comentarios estan cerrados.