Los galones al jugador galés Gareth Bale, por orden de antigüedad en el club blanco.
El partido liguero correspondiente a la 35º jornada, que medía las fuerzas entre Real Madrid y Leganés, se saldó con una victoria madridista por la mínima, donde el 2-1 que pintó el marcador desde los últimos términos de partido se impuso, hasta el final del mismo.
El partido comenzó con normalidad. Destacó la ausencia de algunos pesos pesados por rotación ante el partido del martes, lo que es la vuelta de semifinales de la Champions League, que tras el resultado a favor de la ida (1-2), nos toca como aficionados acudir al estadio madridista y llevar a nuestro equipo en volandas, como dice el himno del club, a la gran final de Kiev, del día 26 de mayo.
La capitanía la empezaría a ejercer el cuarto capitán del equipo, Karim Benzema, que no espabila en otro partido de trámite. Le duraría 61 minutos, hasta el cambio de este en la segunda parte para que descanse de cara a lo que acontece a continuación, esas semis citadas anteriormente.
Gareth Bale tomó entonces el brazalete de capitán por ese estatus de veteranía, ya que el jugador ya lleva cinco años en el club blanco. Tras Ramos, Marcelo, Cristiano y Benzema, el orden por antigüedad es el siguiente: Varane, Nacho, Modric, Isco, Carvajal y Bale. El ’11’ era el único de la lista sobre el verde.
El jugador galés hizo un partido aceptable, siendo la referencia en ataque para sus compañeros, y ayudando en zonas defensivas en diferentes fases del partido. Era ahora el momento de echarse el equipo a la espalda y remar a favor de la corriente para conseguir una victoria en casa en LaLiga Santander, lo que es la antesala al partido del martes.
Tarde de Champions League que comenzará a eso de las 18:30 más o menos, con el recibimiento a la llegada de los jugadores del equipo blanco en el autobús al estadio para la disputa del partido, denominada #QuedadaBlanca. Miles de personas se agolparán alrededor de la Plaza de Sagrados Corazones para alentar al equipo.
Más tarde, cuando llegue la hora de escuchar el himno de la competición, el público asistente al partido deberá levantar la cartulina o agitar la bandera para completar el mosaico, que creo que es como en ocasiones anteriores. El estadio completo para formar un dibujo en honor a la competición. Una vez se hayan pasado estos trámites, llega la hora del partido, donde cada alma que vaya a ver el partido deberá alentar al equipo blanco y encerrar al equipo bávaro, causándoles un mal día, y así no sufrir mucho.
