El Madrid es un solo de guitarra de Keith Richards

El otro día comentaba con los compañeros del podcast “Fútbol Real” que el Madrid siempre recibe la misma crítica. Los medios de comunicación atacan constantemente al equipo blanco alegando, siempre según ellos, que no tiene un estilo de juego definido, mientras se deshacen en halagos hacia otros equipos que para nada realizan un juego brillante o vistoso.

Sí es cierto que hay otros clubes que son reconocibles por su juego, en unos casos rocoso y en otros alegre y directo. En muchas ocasiones hemos escuchado de boca de algún tertuliano avispado que los equipos son reflejos de sus entrenadores y ahí sí que tengo que darle la razón.

Porque es más que evidente que por ejemplo el Atlético de Madrid es un claro reflejo del juego que desplegó su entrenador: un juego duro, en ocasiones excesivamente duro (que le pregunten a Julen Guerrero), luchador y pese a que puede carecer de brillantez, es cierto que da resultado. Podemos poner también de ejemplo al laureado Barcelona de Pep Guardiola, un equipo sosegado, sin prisas, abusando del pase y buscando siempre la mejor opción.

Por eso no entiendo que al menos en este Real Madrid nadie sepa ver al Zidane jugador cuando es el ejemplo más evidente que vamos a poder encontrar. Zidane era elegancia, velocidad, tenía gol, sabía ser duro, no eludía ni una sola de las batallas que se encontró… y eso es lo que ha sido capaz de trasmitir a sus jugadores. A esos que cogió tras unos meses desastrosos con Benítez y a los que ha llevado a una de las etapas más gloriosas de la historia del club.

Este Madrid es elegante con Luka y Toni manejando el centro del campo con pases milimétricos, cual sastre fabrica un traje hecho a medida para el cliente más exigente. Este Madrid es velocidad con Lucas, Carvajal, Marco, Bale… recorriendo el campo como relámpagos de una tormenta de primavera. Este Madrid no tiene gol, tiene al Gol con mayúscula; porque nadie ha vivido un romance con la red como lo hace Cristiano, que partido tras partido acude a su cita con la red como un adolescente que vive la ilusión del primer amor, pese a llevar juntos toda la vida. Este Madrid es duro como el ejército de soldados de terracota comandados por su general Carlos Henrique Casemiro, que siempre va a la guerra sin importarle el rival. Este Madrid sabe sufrir, sabe pasarlo mal durante una minutada eterna para conseguir sus objetivos, en definitiva, un fiel reflejo de lo que fue uno de los mejores jugadores de la historia, Zinedine Zidane.

 

Pero para todos aquellos que sigan resistiéndose a asemejar al Real Madrid a su técnico, os diré que no pasa absolutamente nada, porque podéis ver a este equipo reflejado en muchos sitios. Porque el Madrid es mucho más que un equipo de fútbol. El Madrid es un solo de guitarra de Keith Richards en el concierto de Río en 2006; es un tsunami que arrasa por donde pasa; es una aurora boreal en Laponia o un amanecer en el Kilimanjaro. El Real Madrid, como dijo Xabi Alonso, es rock & roll.

 

Me sumo a las palabras de Red One en el himno de la Décima, porque, querido Real Madrid, «los días que tú juegas son todo lo que soy».

@HCFanego

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