Crónica R Madrid Huesca La historia interminable

Tras la remontada Europea para “rascar” un punto de nuestra visita al Borussia, hoy nos visitaba el Huesca. Un Huesca que tras celebrar ayer el cumpleaños de su entrenador Michel, hoy quería celebrar su primera victoria de la temporada a costa de un Madrid cansado.

Rotaba Zidane, que ya no sorprende a nadie, y daba entrada a Hazard, Marcelo y Modric con respecto a lo desplegado en Alemania. Hasta al más optimista, le recorría un halo de preocupación al ver la banda izquierda con Marcelo y un Hazard que solo había jugado veinte minutos esta temporada, pero… ¿Para qué esta la flor si no es para usarla, no?

El Huesca que había hecho los deberes, sabía que con mantener el orden y salir a la contra le podría bastar para hacer daño a los blancos. Y así lo hizo, con las líneas defensivas bien plantadas, los balones largos a Rafa Mir eran pequeñas puñaladas al corazón madridista.  Dispuso el joven delantero de un buen mano a mano con Courtois tras dejar atrás a Militao, pero estrelló el disparo en el lateral de la red.

En el minuto veinticinco, Ramos que se quedaba en el área rival tras un corner, tuvo la mejor ocasión del equipo hasta el momento con un buen cabezazo que despejaba Andrés. La réplica la puso el Huesca dos minutos después con un buen centro de Ontiveros que Sergi Gomez remata alto en el segundo palo. Y de ahí hasta prácticamente el descanso, como explicaba  Micahel Ende, en “la historia interminable” llegó “La nada”

Ninguno de los dos equipos llegaba al área rival, desbaratando cada intento de ataque rival en tres cuartos de cancha. La nada se apoderaba del partido, de los jugadores y de los espectadores que con este horario ya pensábamos mas en que comer que en ver un gol. Pero entonces, Hazard tuvo un momento de lucidez.

El belga recibía a unos treinta metros del área, se giraba sobre si mismo y por un segundo nos pareció ver a Cristiano Ronaldo de nuevo vestido de blanco cargando la pierna. Camiseta blanca, siete a la espalda y un disparo seco que se iba abriendo hasta colarse pegado al palo derecho. Pero no, no era Cristiano, era Eden Hazard que estaba diciendo, he llegado.

El uno a cero animó al equipo como anima un Kebab a las cuatro de la mañana a alguien que lleva tomando copas toda la noche. Volvieron las energías y las ganas, incluso me atrevería a decir que aceleramos un par de marchas. De esta manera, un centro medido de Lucas desde la derecha, se convertiría en el segundo tanto blanco tras un control con el pecho de Benzema que volvía a encontrarse con el gol. Con ese dos a cero instaurado en el marcador, nos encaminábamos al túnel de vestuarios.

Tras la reanudación, Zidane dejó claro la importancia que tiene a día de hoy Lucas para él, dando descanso al gallego por Mendy. El equipo seguía con ganas de más, había olido la sangre y el tiburón blanco es insaciable.

Tanto es así que en el minuto cincuenta y tres, tras una gran jugada entre Hazard y Benzema, dejaba el balón muerto a este último que asistía al “pajarito”  Valverde que fusilaba a Andrés al palo largo.

Con el tercero en el luminoso, Zidane se relajó y dio entrada a Rodrygo, Vinivius e Isco utilizando su segunda ventana de cambios. Y en la primera acción en la que intervino Vinicius, el brasileño robo un balón cerca del área blanca y corrió raudo como el viento, dejando rivales atrás como cuando los bólidos de fórmula uno van dejando atrás al coche de seguridad. Una vez internado en el área la puso atrás pero Benzema no acertó a rematar bien y envió la pelota alta. Muy buenos minutos del Madrid que dos minutos después pudo hacer el cuarto en un cabezazo de Ramos tras un corner.

Corría ya el minuto setenta y el equipo placía cómodo viendo como transcurrían los minutos y sabedor que eso jugaba a su favor. Fue entonces cuando un balón en profundidad de Modric a Rodrygo propició el disparo del brasileño que ataja bien el portero oscense sin problemas. Pero como este año nos tienen acostumbrados a una historia interminable de tantos rivales, tan solo cuatro minutos después, un balón a la espalda de la defensa, dejaba a Rafa Mir en el lateral del área y con un sutil recorte se deshacía de Militao y serbia a Ferreiro que entrando solo al segundo palo conseguía el gol visitante.

Desde ahí al final, mucho control del partido por parte del Real, que aun tuvo tiempo de hacer un cuarto tanto. Minuto ochenta y nueve, centro medido de Marcelo a Rodrygo que cede de cabeza a Benzema que ponía el cuarto y el segundo en su cuenta particular. Un gol casi calcado al de Casemiro el martes en Alemania,

Partido balsámico para el Madrid que desde ya tiene que poner cuerpo y alma en pensar en ganar al Inter en Champions y empezar a  encarrilar la eliminatoria.

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