Crónica: Real Madrid 2-1 FC Barcelona
Los goles de Mbappé y Bellingham dan la victoria en el Clásico liguero y afianzan el liderato del Real Madrid.
Partido de altura, tambores de guerra, ambiente de fecha importante… En efecto, amigas y amigos, llegaba el Clásico al Estadio Santiago Bernabéu y llegaba calentito con cruces de declaraciones previas al encuentro.
Había ganas de revancha en el Real Madrid tras haber perdido los últimos cuatro clásicos, por ello el equipo de Xabi Alonso salió extramotivado y con una alta intensidad durante los 90 minutos (… o 99, con ese descuento interminable de la segunda parte).
Con el siguiente 11 titular, salió Xabi Alonso: Courtois; Carreras, Huijsen, Militao, Valverde; Tchouaméni, Camavinga, Arda; Bellingham, Vinícius, Mbappé.
El partido fue una batalla de las buenas, todos los jugadores se dieron una buena paliza a correr con y sin balón y no hubo ni un ápice de descanso siquiera para los porteros, bastante involucrados en la alta intensidad con la que se disputaba cada jugada.
Empezó todo muy serio con intercambio de llegadas al área desde el minuto 1 y así llegó la primera jugada con cierta polémica. Cayó Vinícius dentro del área en una jugada muy disputada con Lamine Yamal, que en un principio pareció golpear la pierna de Vini en una acción que fue señalada en primera instancia como penalty por el árbitro.
El VAR mostró que fue Vini quien golpeó al jugador del Barça por lo que la jugada quedó finalmente en nada.
Seguiría la polémica, pues minutos después Mbappé recibía solo en la frontal del área, cargaba la pierna y clavaba el balón en la escuadra.
El VAR tuvo que volver a actuar de oficio y decretó que, por malísima suerte, fue Arda quien tocó el balón hacia Mbappé en lugar de Fermín que parecía ser el que había echado el balón hacia atrás. Ese toque de Arda hizo caer a Mbappé en fuera de juego y obligar anular lo que había sido un golazo.
Puedo prometeros que, pese al inicio marcado por estas decisiones, también había mucho fútbol y, además, con un ritmo que agotaba hasta al espectador más en forma de la grada.
El Madrid intentaba presionar arriba a su rival teniendo, al contrario que el martes en Champions, a todas sus líneas bien ajustadas. Nada de 1 vs 1 en defensa esta tarde, toda la defensa con toda la delantera rival y el medio bien pertrechado con un alucinante Tchouaméni, que volvió a ser el jugador cerrojo que todos queremos que sea, y un Camavinga bastante enérgico e inspirado todo el partido.
El Barça, por su parte, tocaba con pausa para intentar abrir huecos en la bien plantada defensa blanca, pero no encontraba ni a Lamine ni al desaparecido Ferrán.
Caso aparte el de Lamine, quien habló mucho en la previa y acabó siendo una sombra de lo que es realmente.
En este toma y daca de llegadas, llegó ahora sí el primer gol del partido. Un pase filtrado maravilloso de Jude Bellingham alcanzaba la posición de Kylian Mbappé que disparaba cruzado ante la salida de Szczesny, imposible para el meta polaco.
No se rindió el Barça y un fallo muy grave de Arda Güler en salida de balón propició una recuperación en frontal del área madridista que acabó en botas de Pedri, cruzó hacia Rashford y el inglés le dejaba el gol a Fermín que entrando desde atrás anotaba el empate.
Todo parecía abocado a llegar en tablas al descanso… pero una carrera larga de Vinícius por banda terminó en un potente centro medido al área, que era bajado por Militao y Bellingham, solísimo en boca de gol, empujaba para el definitivo 2-1.
La segunda parte cayó más espesa, penalty por mano de Eric García aparte. Kylian Mbappé sería el encargado de haber podido sentenciar el partido… pero Szczesny estuvo inspirado para repeler el penalty en lo que había sido un disparo muy bien lanzado por Mbappé.
Se vino algo abajo el Madrid físicamente, cosa normal viendo la paliza a trabajar y correr de los primeros 45 minutos (vale, tenéis razón… 51 con el descuento) y ahí empezó a tocar el Barcelona con un Pedri que parecía organizar él solo el ataque rival y sin muchas variantes.
Esta espesura ofensiva del Barça, muy aquejado también de sus bajas, facilitó el trabajo a la defensa del Madrid que se comportó de manera casi excelsa durante todo el encuentro (sí, está repetida esta frase pero es que cuando salen bien las cosas es necesario repetirlo muchas veces para celebrarlo).
Así, y con los cambios realizados en ambos equipos, había poco margen de sorpresa ya en esta segunda parte.
Precisamente en los cambios hubo un gesto que no nos gusta nada y hay que reseñarlo: actuó mal Vini marchándose directamente al vestuario de muy malas formas, cabreado por el cambio, y sin saludar a Xabi. Entendemos las ganas de jugar, de agradar, de querer estar disponible en partidos importantes pero así no se puede, esa actitud no se puede tener contra tu jefe. Aquí hay que estar todos a una y sino, a la banca o la grada.
Terminó el partido, que había sido limpio incluso en sus pequeñas polémicas, de una manera fea, con clara expulsión de Pedri por doble amarilla tras una patada dura a Tchouaméni y una fea tangana entre banquillos y jugadores de campo de ambos equipos.
Pero nos da igual, lo importante ya estaba hecho y HEMOS GANADO EL CLÁSICO, en mayúsculas que es lo que importa. Tiempo ahora de recuperar, seguir el trabajo y ganar a Valencia, hasta el final.
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