Euroliga | Jornada 1 ~ Crónica | Virtus Bologna 74-68 Real Madrid

El Real Madrid de Sergio Scariolo ha iniciado la temporada con un balance preocupante de 1-2, tras una victoria ajustada contra La Laguna Tenerife y dos derrotas: en la final de la Supercopa ante Valencia Basket y en el debut de Euroliga contra la Virtus Bolonia (74-68). El partido en Bolonia expuso las carencias del equipo, especialmente en el tiro exterior, con un desastroso 3/23 en triples (13%). Jugadores clave como Hezonja (0/7), Llull (0/3) y Okeke (1/5) reflejaron la ineficacia ofensiva. La falta de cohesión colectiva fue evidente, agravada por las lesiones de Maledon y Procida. Campazzo y Tavares, bien defendidos, apenas conectaron. Los arreones de Hezonja y Deck resultaron insuficientes ante un equipo sin mecanismos claros en ataque.

La Virtus Bolonia, liderada por el atlético Saliou Niang, mostró superioridad física y táctica, con destellos de Carsen Edwards, Luca Vildoza y Matt Morgan. Estos jugadores aportaron un cambio de ritmo que el Madrid no pudo igualar. Aunque los blancos cuidaron mejor el balón y pelearon el rebote, naufragaron en la creación ofensiva. Los nuevos fichajes (Kramer, Okeke, Lyles) no aportaron el extra esperado, y la ausencia de Maledon limitó la rotación. Scariolo probó variantes, como situar a Kramer de escolta, pero no logró revertir la dinámica. La Virtus supo explotar la falta de fluidez madridista.

El inicio del partido fue prometedor para el Real Madrid, con un sólido primer cuarto (7-15) castigando por dentro y con Hezonja acertado (10 puntos al descanso). Sin embargo, los ajustes de Dusko Ivanovic cambiaron el guion. La entrada de Vildoza dinamizó a la Virtus, que remontó con un parcial de 27-12 hasta ponerse +7 (34-27) al descanso. La intensidad y velocidad de los italianos desbordaron a un Madrid blando. Niang y Diouf, destacados en el Eurobasket, aportaron un plus físico. Matt Morgan emergió como un escolta letal, mientras Edwards aguardaba su momento.

La deriva del partido mostró a un Madrid sin respuestas frente a una Virtus efervescente. Deck intentó tomar el relevo de Hezonja en ataque, pero el equipo se estrelló con su nulo acierto en triples (0/12 hasta el minuto 28). El primer triple, obra de Okeke, llegó tarde, cuando la Virtus ya dominaba. Las dos faltas rápidas de Andrés Feliz limitaron aún más la rotación, forzando ajustes improvisados. Scariolo recurrió a su quinteto más experimentado (Campazzo, Abalde, Hezonja, Deck, Tavares) para empatar a 43. Sin embargo, la falta de ideas en ataque pesó demasiado.

El punto de inflexión llegó con Carsen Edwards, que dinamitó el empate con un 3+1, una asistencia y dos libres (51-43). La Virtus cerró mejor su defensa, mientras Vildoza y Morgan castigaban desde fuera. El Madrid, con 17/18 triples fallados, no encontraba soluciones. La espesura ofensiva era evidente: Campazzo botaba sin encontrar opciones claras, y la puntería de sus compañeros era nula. A pesar de un esfuerzo final, el Madrid no pudo contrarrestar la intensidad italiana. El marcador llegó a 66-54 en el minuto 35, reflejando la superioridad de Virtus.

Con el partido casi perdido, el Madrid apostó por un juego más agresivo, aprovechando despistes de la Virtus para acercarse (70-68) con dos triples de Campazzo. Sin embargo, en el cinco contra cinco, la falta de fluidez seguía siendo un lastre. En los últimos segundos, una penetración de Campazzo reclamando falta no fue señalada, sellando la derrota. La Virtus celebró una victoria ilusionante en su debut, mientras el Madrid repetía el guion de tropiezos clave, como el del año pasado en Múnich. Esa derrota costó cara entonces, y esta podría pesar igual.

El Madrid enfrenta un inicio de temporada complicado, similar al del curso pasado, pero por motivos distintos. Si antes faltaba plantilla, ahora es la falta de ajustes y una pieza clave en el perímetro lo que lastra al equipo. La baja de Maledon agrava la situación, y la Euroliga no perdona debilidades. Una victoria más en la fase regular pasada pudo haber cambiado el destino del equipo. Ahora, con Olympiacos y su dupla Fournier-Vezenkov como próximo rival en el Movistar Arena, Scariolo debe encontrar soluciones rápidas. La Euroliga promete ser, como siempre, un desafío brutal.

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