Diecisiete de enero de 2018. Mientras que en Madrid velamos armas esperando nuestro duelo copero frente al Leganés -y cómo no disfrutando un poco con las derrotas de Barcelona y Atlético-, en París nuestro rival de Champions se ponía las botas frente al Dijon.
A menos de un mes del choque de octavos de final contra el conjunto francés, parece que vivimos en las antípodas uno y otro equipo. Mientras que nosotros no levantamos cabeza y no tenemos muy claro el destino del equipo, parece que los Neymar, Cavani y compañía se divierten arrasando rivales por tierras galas.
A priori, cualquiera pensaría que el cruce va a ser un paseo militar para los de Emery, sobre todo viendo el preocupante estado anímico de nuestros jugadores; que parecen no tener remedio a esta mala racha por la que estamos pasando. Ayer Neymar hizo cuatro goles en este espectacular ocho a cero frente al Dijon, muchos madridistas sueñan con ver al brasileño vestido de blanco; sueño que se antoja imposible tras el desembolso del jeque, además el jugador solo lleva una campaña en París. Di María realizó una auténtica obra de arte para abrir el marcador, Cavani y Mbappé no fallaron a su cita con el gol, y yo me pregunto.
¿Y qué?
Somos el Real Madrid y tenemos respeto a todos los rivales, pero miedo a ninguno, ¿o acaso ya no nos acordamos de quién es el club más laureado de la historia? ¿Ya no tenemos memoria para recordar que el año de la séptima copa de Europa, estábamos haciendo una mala campaña en la Liga? A lo mejor es que pensamos que hay que jubilar a media plantilla porque no van a volver a su nivel. Os repito, somos el Real Madrid, somos como ese hombre-lobo que al ver la luna llena comienza a aullar y se transforma en una bestia sedienta de sangre. Pues bien, la Champions es nuestra luna llena.
Estoy seguro que el catorce de febrero, el Santiago Bernabéu cantará a pulmón el himno de la Décima (que si sigue sin poneros los pelos de punta tenéis un problema). Nuestros jugadores se dejarán todo en el campo para que nos sintamos orgullosos de ellos una vez más y, sobre todo, habrá noventa mil gargantas llevando al equipo en volandas.
Tenemos un mes para reaccionar y cambiar la dinámica del equipo, y lo haremos. Confío en cada uno de los miembros de la plantilla. Tenemos un mes para despertar y lo vamos a hacer; porque ganar la tercera Champions consecutiva es un sueño del que nadie nos va a despertar por muchos goles que le meta al Dijon.
Respeto mis cojones
Hombre hay que respetar a todos los rivales. Luego el marcador dictará sentencia.