Los partidos duran 90 minutos. Crónica: Real Madrid 3-2 Alavés

Victoria sufrida en un partido con dos caras. Empezó ganando el Real Madrid 3-0... y dejó de querer correr a falta de media hora. El Alavés luchó más y acortó distancias para el 3-2 final. Sonora pitada al equipo y al arbitraje.

Jornada 7 del Campeonato de Liga y… mira, vamos con el partido porque hoy no está la cosa para ir sin paños calientes.

Empezamos bien, jugando con buenas sensaciones al igual que en el último partido contra el Espanyol y el resultado parecía prometedor, pues a la primera jugada de ataque madridista Vinícius rompía en velocidad a Mouriño y dejaba el balón hacia atrás en el punto de penalty para que Lucas Vázquez remachase a puerta e hiciera el 1-0.

Todo parecía bueno, incluso pudimos aumentar ventaja en el minuto 22 cuando una soberbia jugada de combinación entre Tchouaméni, Bellingham y Vinícius acababa en un pase excelso del brasileño a botas de Mbappé quien remataba cruzado y marcaba el segundo… que sería anulado por fuera de juego. Una pena puesto que la infracción fue por muy poquito.

Sin embargo, el astro francés volvería a marcar y esta vez sí sería legal. Una pared entre Kylian y Bellingham terminaría en un recorte venenoso de Mbappé a Moussa Diarra para cambiarse el balón de pie y clavarlo al fondo de las mallas. 2-0 al descanso y todo bien. Más aún con el golazo de Rodrygo a la vuelta de vestuarios en el minuto 48. Buena jugada personal del brasileño que disparaba bajo las piernas de Sivera, que nada pudo hacer.

Bueno,todo bien quizá no… Dos amarillas sin ningún tipo de sentido decidió sacar el colegiado Muñiz Ruiz en dos protestas de Valverde y Vinícius. La protesta del urugayo fue de espaldas al árbitro y un gesto de queja al aire, sin molestar ni ofender a nadie; la del brasileño, por protestar una clara patada al tobillo de Mouriño a Vini que el árbitro no quiso pitar. Todavía quedaría una amarilla más a Modric por protestar vete tú a saber qué y una clara a Endrick por una patada innecesaria a Mouriño.

No hace falta decir que el rival, el Alavés, no se llevó ni una mísera tarjeta pese a que hicieron muchos méritos para ello. Otra semana más en la que parece que nos tengan que matar para que amonesten y sancionen al rival.

Pero aún quedaba lo peor: minuto 65 de partido y el Real Madrid pasó de seguir corriendo. Horrorosa decisión que tampoco fue respondida de manera adecuada por los cambios, siendo Endrick el único destacado con un disparo al larguero que podía haber sentenciado el partido.

Entró Jesús Vallejo, con un clamor popular del Bernabéu solicitando su regreso. Grandísimo detalle de nuestra gente, que sin embargo los compañeros del central decidieron cargarse. Una pérdida de Lucas en área propia propició el gol de Benavídez (o Protesoni, como reza este año su camiseta) regalando el 3-1. No pasó demasiado tiempo cuando Arda Güler, otro recién salido del banco, perdía un balón en mediocampo, no le ponía tensión a la jugada (nadie, en realidad)… y Kike García nos clavaba el 3-2. Pequeña nota: increíble lo del delantero alavesista que siempre nos marca gol esté en el equipo que esté.

Y así acabó el partido. Con un cabreo monumental por lo que pudo haber sido, por el desenlace del partido y por la actuación del árbitro. Todo este final lamentable, además, chafó el debut de Jacobo Ramón como jugador del primer equipo, algo que debería hacer reaccionar y mover las cabezas de los jugadores porque esto no puede volver a pasar. De hecho, debería ser motivo de bronca y castigo que tu compañero no debute por tu falta de competencia dentro del campo.

Llega el derby este domingo, viene el eterno rival rojiblanco y nos tienen ganas. Toca despertar, veremos qué tal se da.

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