Las dos caras del triunfo. Crónica: FC Barcelona 1-2 Real Madrid

Victoria con remontada en el Clásico en un partido irregular donde el Madrid mostró dos caras muy distintas. Un doblete de Jude Bellingham ayudó a remontar el gol inicial de Gündogan.

Llegó el día, el Clásico venía anunciando su llegada desde unas semanas atrás y hoy, sábado 28 de octubre, era el momento para disputar esta gran y tradicional batalla que trasciende lo futbolístico.
Era la jornada 11 de Primera División del Campeonato de Liga y, esta vez, el balón rodaría en un escenario atípico para un Clásico: el Estadio Olímpico Lluís Companys, antiguo estadio del Espanyol.

Para el día de hoy, Ancelotti puso el siguiente once titular: Kepa; Mendy, Alaba, Rüdiger, Carvajal; Tchouaméni, Kroos, Valverde, Bellingham; Vinícius y Rodrygo.

Sobre el partido, todo se torció demasiado pronto para los intereses madridistas. Un gol de Gündogan al minuto 6 tras un gravísimo fallo en cadena de nuestra defensa nos obligaba a comenzar a remar contracorriente.
El rechace de Tchouaméni fue hacía atrás, cuatro jugadores del Madrid quedaron mirando y Alaba no llegó a despejar de manera contundente, facilitando todos el trabajo a Gündogan. Tampoco ayudó que Kepa no saliera a achicar ese balón a tiempo de cortar el ataque.

Este error grave no sería el último y esto hay que comentarlo muy rápido y sencillo: no se puede dar peor imagen que en esta primera parte. Falta de actitud, de pasotismo en algunos jugadores, de no entender el partido y estar a verlas venir sin correr y con 45 minutos metido dentro de tu propio campo sin soluciones para salir de ahí cuando el rival, por muy bien que hicieran las cosas (que lo hizo) tampoco daba señales de hacer el mejor partido de su vida.

De hecho el resultado pudo haber sido mucho peor de no ser porque Fermín, uno de los destacados en el ataque del Barcelona en los 45 iniciales, estrelló un balón en el palo tras otra salida malísima de balón en la que Toni Kroos se durmió.

Seguía la caraja blanca y, además, nuestros jugadores se perdían en peleas absurdas, como Vinícius protestando a Xavi una presunta falta. No se pueden hacer estas cosas nunca, pero el hecho de la falta de actitud ante las numerosas faltas del Barcelona y caer en estas provocaciones estúpidas no hacía más que sembrar el cabreo en la hinchada madridista.

No fue hasta el minuto 38 cuando Carvajal disparó al lateral de la red cuando comenzó a verse una tímida reacción, pero no se movería el marcador hasta el descanso.
Hay que comentar una jugada que sucedió poco antes del intermedio, con Tchouaméni agarrando claramente a Araujo en un corner en una jugada que bien pudo ser penalty contra el Real Madrid.

Ya en la segunda parte, el guión cambió y el Madrid consiguió reaccionar, al menos en actitud ya que por juego no conseguíamos aún superar al rival. Pero el cambio de cara vino bien, ahora solo nos falta salir así desde el inicio hasta el final en todos los partidos para evitar sustos innecesarios, ya que recalcamos que lo de la primera parte no puede volver a repetirse este año.

Sin embargo, pudo haber susto al minuto 51, cuando un testarazo de Íñigo Martínez se marchaba al palo y Kepa realizaba una genial parada a Araujo en el rechace. El portero vasco sigue dando señales confusas pero hoy consiguió estar bien sacando un par de manos buenas que eran de gol. Eso sí, la defensa seguía dando miedo en cada corner, no aprendemos.

Con la entrada de Camaving, por la lesión de Mendy, Modric y Joselu (por Kroos y Rodrygo) llegaron los mejores minutos del Madrid en todo el partido y, de esta reacción, llegó el gol del empate.
Qué digo gol, golazo de Jude Bellingham. Quién sino, el inglés conseguía poner al estadio en pie con un latigazo a la escuadra de Ter Stegen ante el que nada pudo hacer el meta alemán. 1-1 al minuto 68 y las sensaciones cambiaban y entraba esa idea de “¿y si ocurre de nuevo?”.

Ni siquiera la recuperación del orden del Barcelona, con la entrada de Oriol Romeu y nuevos extremos frescos como Raphinha y Yamal, pudo con la fuerza y empuje madridistas. Tocaba sacar la cara buena, esa que sabemos que tenemos pero nos da timidez mostrar, esa que nos aportan jugadores que hoy deberían haber sido titulares y que metieron toda la energía del mundo desde el primer segundo que pisaron el campo.

Incluso llegó a haber un posible penalty de Araujo a Camavinga, igual de claro como el de Tchouaméni en la primera parte, que fue arbitrado con total indiferencia por parte de Gil Manzano.

Pero en toda esta vorágine de energía recuperada, aún quedaba el broche de oro y así lo pondría Jude Bellingham en el descuento del partido. Jugada por banda derecha de Dani Carvajal, que pone un centro al área hacia Modric, quien al intentar controlar hace una especie de parábola al balón que superó a la defensa y habilitó la entrada de Bellingham, quien libre de marca remataba entre las piernas de Ter Stegen y daba la victoria al Real Madrid.

Y así se acabó. El Clásico era blanco, los Beatles ganaban a los Rolling y nosotros, seguimos líderes una semana más, empatados a puntos con el Girona.

¡Así gana el Madrid! Sin jugar bien, faltándonos de todo, pero con el buen hacer de nuestra parte y siempre creyendo hasta el final… ¡Vamos Real!

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