Guerra musical. Crónica: Real Madrid 1-0 Union Berlin

Llegó el día que todos los aficionados estábamos esperando, la noche en que todo importa un poco menos porque la competición reina volvía a nuestras vidas. Flotaba en el ambiente una nueva esperanza, una ilusión y una banda sonora más que admirada por todo el mundo. Efectivamente, hoy… volvía la Champions League al Estadio Santiago Bernabéu.

En este clima de nuevas y viejas sensaciones se plantaba como rival un debutante, el Union Berlin, que venía a intentar cosechar un resultado sorprendente y positivo, como todos aquellos conseguidos en los últimos 5-6 años, donde pasaron de ser un equipo menor a enfrentarse de tú a tú con los grandes de la Bundesliga.

Ya entrando en el partido, el once inicial que dispuso Carlo Ancelotti fue el siguiente: Kepa; Lucas Vázquez, Rüdiger, Nacho, Alaba; Tchouaméni, Modric, Camavinga, Bellingham; Rodrygo y Joselu.

Seamos sinceros, poco hay que comentar de la primera parte. Al Madrid le faltaron muchas ideas y se vio muy maniatado por el gran trabajo defensivo que realizó el Union Berlin en la noche de hoy.
El conjunto alemán sacrificó, en pos de intentar sacar un puntito que le supiese a gloria, el aspecto ofensivo siendo esto aún más notable en las figuras de Becker y Behrens, teóricos delanteros que no pararon de correr y llegaron a bajar incluso atrás del mediocampo propio para defendee y presionar a los jugadores madridistas.

Tampoco ayudaba que las pocas llegadas claras que realizaba el Madrid, pese a ser claro dominador de la posesión, fueran centros laterales que Joselu no llegaba a acertar dentro de la portería. Muy desacertado el delantero gallego en la noche de hoy, aunque sí hay que reconocerle la sensación de peligro que ofrece, rematando todo lo que le llega y siendo el primero en ir a presionar al portero. Pero lo dicho, se necesita que alguna bola vaya dentro.

El himno de la Champions ya no sonaba y la música parecía tornarse pesada, oscura y europea, como si de un concierto eterno de Rammstein se tratara y, claro está, el Union Berlin se iba al descanso sonriendo con el resultado.

Ya en la segunda parte, el Madrid dio un paso adelante y terminó de encerrar por completo al conjunto alemán en su área y así comenzaron a llegar las ocasiones realmente peligrosas, siendo las primeras las del minuto 51, cuando una buena internada de Rodrygo finalizaba en una parada con el pecho de Ronnow. El rechace llegó a Lucas Vázquez, quien cedió a Rodrygo que, en un escorzo, remataba y veía su balón estrellado en el palo. Finalmente, el tercer disparo fue de Camavinga, quien lanzó cruzado y desviado.

Poco después, un centro al área de Rodrygo terminó en un muy buen remate de Joselu, que vio cómo el balón se marchaba de nuevo al palo tras otra gran intervención de Ronnow. Muy destacable el portero danés con varias paradas salvadoras de mucho mérito y mostrándose muy seguro en todo momento.

Entraron a intentar aumentar el ritmo Kroos y Fede Valverde, en sustitución de Tchouaméni y Camavinga, y el equipo comenzó a moverse aún más y, en otra maravillosa muestra de calidad, Ronnow sacaba la mano a un gran disparo de Modric. Entraría Fran García por Nacho minutos después.

Con esto se llegó al descuento y la música cambió: de repente, el tono duro se suavizaba y volvía a invitar al abrazo entre los seguidores que cantarían al unísono aquello de “Hey, Jude”. Tenía que ser el inglés quien abriese la lata, aprovechando un rechace de un fuerte disparo de Valverde a la salida de un córner, para anotar a puerta vacía. 1-0 y victoria, 3 puntos y a casa.

No se jugó bien, pero se ganó que es lo más importante de todo. En un buen minuto, justo donde otros habían caído el día anterior. Ahora solo se escuchan risas, pero de fondo se oyen tambores de derbi. Que llegue ya el finde, que siga la música y repitamos victoria, no se pide mucho.