Crónica | Valencia 1-3 Real Madrid. Con cinco centrocampistas

Primera semifinal de la historia de la Súper Copa de España y como no podía ser de otra manera, Zidane vuelve a sorprender y en las grandes citas vuelve a cambiar el once y vuelve a maniatar a un rival. Los blancos, hoy de verde quirófano, saltaron al campo con cinco centrocampistas y un nueve puro. Extraña alineación ya que sin cambios en la plantilla hemos pasado de tener tres en verano a poder jugar con cinco hoy.

El partido en los primeros quince minutos fue un calco del disputado en Mestalla hace unas semanas, presión alta y muchas ocasiones, sobretodo con disparos desde fuera del área, pero hoy algo iba a cambiar, en el minuto dieciséis intuimos un gol olímpico de Kroos ya que en el momento del gol, Movistar estaba con una repetición.

El Madrid no bajo el ritmo y el Valencia no encontraba soluciones, solo inquieto a Courtois en un balón largo que tras dos rebotes, Gameiro dispararía alto. La presión blanca ahogaba a los ches, sobretodo en la banda izquierda donde pudimos ver a Carlos Solé entregar varios balones a los centrocampistas rivales al no poder despejar con comodidad.

Las ocasiones seguían llegando pero al igual que pasó en Mestalla, Camp nou o en casa con el Bilbao, no se materializaban y a mas de uno le empezaba el nerviosismo. Pero hoy no era día ni para nervios ni para sufrir, Isco , que fue el mejor del partido, con una gran bolea desde dentro del área ponía el dos a cero en el minuto treinta y nueve, culminando una gran jugada entre Carvajal y Valverde, una vez más omnipresente.

La segunda mitad nos valió para tres cosas, la primera para ver a Jovic haciendo de “nueve puro” esperando centros que no llegaban y haciendo de pared para las llegadas de los de atrás. Y como no, para ver una obra de arte de Luka Modric, que hacía el tercero con un golpeo exquisito con el exterior entre los dos centrales valencianistas, tras asistencia precisamente de Jovic. La tercera, para ver de nuevo a Mariano, del que ya muchos ni se acordaban.

En los minutos finales el Valencia ordenado pero sin ganas de atacar, mas preocupado por no recibir un cuarto que por recortar distancia, se encontró con un penalti por mano de Ramos, al que golpea el balón en el brazo al saltar para despejar. Parejo haría el gol de la honra.

Ahora toca descansar y ver mañana el partido entre el Atlético y el Barcelona desde la tranquilidad de saber que nosotros ya les esperamos el domingo para jugarnos el título.

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