CAMPEONES DEL MUNDO

El Real Madrid vence a Pachuca en la final de Doha y se proclama campeón de la Intercontinental por 4° vez en su historia.

Llegaba la ansiada final, el premio a la victoria en Champions League en la pasada temporada. Es un trofeo que puede pasar como una victoria menor por la diferencia de nivel con los rivales, pero no hay que olvidar que el camino es muy duro en Europa y que si no alzas la orejona al cielo, no pisas Doha. La ciudad qatarí era el escenario de lujo para el partido y el oponente, Pachuca, venía con ganas de aprovechar su oportunidad y aguarle la fiesta al Madrid.

Para la tarde de hoy, Carlo Ancelotti eligió a los siguientes 11 soldados: Courtois; Fran García, Tchouaméni, Rüdiger, Lucas Vázquez; Camavinga, Valverde; Vinícius, Bellingham, Rodrygo; Mbappé.

El partido, seamos sinceros, no fue nada del otro mundo. Se notaba mucho respeto por parte del conjunto mexicano, que si bien asustaba en los primeros minutos con presión alta e incluso teniendo oportunidades de gol en botas de Luis Rodríguez primero y de Idrissi después, no quería tampoco desarmar su defensa para evitar posibles huecos entre los que se pudiera colar cualquier cosa jugador de ataque del Madrid. Por parte de los jugadores blancos, el inicio fue muy lento y daba más para una siesta que para un asedio constante; sin embargo, a la media hora de partido, la reacción llegó y la asociación de los cuatro de arriba comenzó a causar bastantes problemas a la defensa rival, si bien las llegadas no terminaban de encontrar ese último pase que hubiera definido la jugada.

Hubo que esperar al minuto 37 para abrir la lata, pero mereció todo la pena por la grandísima jugada que pudimos ver. Empezó todo con una pared en mediocampo entre Camavinga y Valverde, continuando la jugada el uruguayo que filtraba un pase perfecto a Bellingham, quien conseguía colar un balón al espacio a Vinícius. El bueno de Vini dejaría sentado al arquero mexicano con un regate estelar y le cedía, a puerta vacía, el gol a Mbappé, que volvía a marcar en una final con el Madrid. Golazo de categoría.

No pararían ahí los goles de bella factura, puesto que al poco de empezar la segunda parte sería Rodrygo quien colaría el balón en la portería tras deshacerse brillantemente de dos defensas rivales.El disparo con efecto desde la frontal del área se coló a media altura y pasó muy lejos del alcance del portero. Aún así, el VAR tuvo que entrar en liza para revisar un posible fuera de juego posicional de Bellingham, pero el árbitro advirtió que no había nada punible en la jugada. Lo hizo con un spanglish bastante gracioso, por cierto, casi convirtiéndose con este detalle en el MVP del partido, si me lo permiten.

Creció un poco Pachuca tras el 2-0 del Real Madrid, que aprovechaba la ventaja para tomarse otro momento de calma y eso provocó que los mexicanos volvieran a acercarse con peligro sobre la portería blanca. Courtois tendría que emplearse a fondo de nuevo tras un gran disparo de falta de Salomón Rondón que se colaba en la portería, gran mano del guardameta belga. El delantero venezolano tendría posteriormente otra ocasión en un buen remate de cabeza que se marchó desviado.

Sin embargo, el Madrid comenzaba a gustarse tras los cambios y las entradas de Ceballos, Modric y Brahim y sería Vini quien estuviese a punto de colar otro golazo tras una gran pared con Bellingham. El crack brasileño intentó un regate-tiro contra el portero, pero este mandaba el balón a corner.

Finalmente, el partido se cerraría al minuto 83 cuando una caída de Lucas Vázquez en el área era revisada en el VAR y decretada como penalty. Vini, en un lanzamiento potente pero nada bueno, conseguía hacer el 3-0 tras no poder el portero atajar del todo el balón y se le acabó pasando por debajo del cuerpo hacia las redes.

No habría mucho tiempo más que para la entrada de Arda Güler y Asencio al partido, pero la siesta se acababa y comenzaba la celebración por ser, una vez más, campeones del mundo.

La Novena, si combinamos Intercontinental y Mundialito de Clubes, que no está nada mal la cifra. Porque aunque sepamos de sobra que somos los mejores, nunca viene mal tener una copita que nos lo recuerde.