El amor adolescente

26 de mayo de 2018, ese fue el último día que vimos a nuestro querido Real Madrid. Como si de un amor adolescente se tratase, nos despedimos por todo lo alto, festejos, abrazos, besos y nos vemos a la vuelta de vacaciones. Todo parecía perfecto, era la tercera Champions consecutiva y la cuarta en cinco años, una de las épocas más doradas de la historia del club y pese a las funestas declaraciones de Cristiano tras el partido, todo parecía encarrilarse al verle besarse el escudo en la celebración.

Pero como ya os digo, en muchas ocasiones nuestra relación con el Madrid es como un amor adolescente que carece de normas y de sentido común. Es más una fuerza que te hace pensar en la otra persona por encima de todo y de todos, un sentimiento que solo te deja ver la parte buena y tapa todos los defectos, un cosquillear en el estómago con tan solo escuchar su nombre. Por eso, muchas veces de manera vehemente somos capaces de defender que la salida de Cristiano no nos perjudicará o intentamos hacer ver a los demás que no nos duele. Pero claro que nos duele, al igual que cuando esa persona no te contesta a los mensajes o no atiende tus llamadas, es normal, eso es amor por una persona que pese a no terminar nunca de tener una relación idílica con la grada, sabes que se rompió la cara por ti y que se dejó hasta su última gota de sudor, en esa camiseta blanca con un escudo redondito y que lleva más de 800 días siendo campeona de Europa.

Luego toca regresar a una nueva temporada, las ilusiones están intactas y tus ganas de ver al equipo no pueden describirse con palabras, te mueres de ganas de ir a recibir uno a uno a la puerta de Valdebebas. Pero entonces se produce el llamado “efecto del campamento de verano” donde regresas a donde fuiste feliz, con unos monitores geniales, unos amigos para toda la vida y la chica de tus sueños va a pasar contigo varios días. Pero cuando llegas te das cuenta de que los monitores han cambiado, algunos de tus amigos eligieron otro campamento y que la chica de tus sueños, no te cogía el teléfono porque se fue a Italia.

Y de repente pasa, algo se acciona, y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar y han cambiado. Y a partir de ahí nada volverá a ser lo mismo … nunca. Te das cuenta de que has crecido, has madurado y has dejado atrás la adolescencia, que ahora eres adulto, que haces las cosas de otra manera y te sientas a recapacitar sobre lo vivido estos últimos años … error, gran error.

Porque da igual la edad que tengas o lo que hayas vivido, el Madrid es un sentimiento, una forma de vivir y de amar, es ese aroma a café por las mañanas y esa manta calentita a los pies del sofá en una noche fría. El Madrid es ese whatsapp de madrugada o esa voz al otro lado del teléfono. Es una forma de querer sin sentido, sin normas, sin motivo en ocasiones, es un cosquilleo cuando le ves hasta de rojo, es ese cruce de miradas o el rozar la mano de esa persona al sentarte a su lado.

Vive, ríe, sueña, ilusiónate, enamórate cada final de julio, desespérate cuando no le entiendas, pero por encima de todo sonríe, sonríe mucho porque aquello que tanto esperabas volver a ver y que te despierta todos esos sentimientos incontrolables ya esta aquí, te echábamos de menos Real Madrid.

 

@HCFanego

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