El muro de Bérgamo

Crónica Atalanta Real Madrid

Hoy el Madrid tenía un partido muy complicado en Bérgamo. Por la necesidad de ganar para no complicarse la vuelta. Porque alguien tiene que dar la cara por el fútbol español tras los pinchazos de los otros tres. Porque Atalanta es uno de los leones de Cibeles y porque somos el Madrid que demonios.

 

Con la plantilla mermada por las bajas, Zidane, una vez mas hizo lujo de su facultad de alineador para reinventar la alineación. El francés daba entrada a Isco para jugar con un 442 en ataque y defender con un 541. Encontró el técnico lo que buscaba teniendo el control del centro del campo e impidiendo las transiciones rápidas de los italianos. Los locales no se encontraron cómodos en ningún momento del partido.

 

Un partido que a falta de ocasiones y disparos entre los tres palos, se llenaba de picante con acciones polémicas. La primera y tal vez la más decisiva fue en el minuto dieciocho, cuando Vinicius filtraba un balón que dejaba a Mendy en la frontal con opciones de internarse en el área y disparar. Freuler que llegaba tarde, derribaba al lateral y se iba a la calle, considerando el árbitro que era el último defensa y Mendy disfrutaba de una ocasión manifiesta de gol. Un poco exagerado en mi opinión, pero oye, a Militao lo expulsaron por menos y aquí todo el mundo dijo que era justo, así que…sigan.

 

Desde ese momento, el partido se convirtió en un monologo blanco, que se encontraba con un muro azul y negro al borde del área. Sin Benzema y sin Mariano, las opciones de centro se reducían drásticamente y no andamos sobrados de ideas y fantasía para intentar otras cosas. Así veíamos pasar los minutos entre la esperanza y los bostezos.  Solo al final de la primera parte pareció animarse el equipo y dispusimos de hasta cinco ocasiones. La primera con un disparo desviado de Isco tras girar en el área, un minuto después lo intentaba Modric y acto seguido Vinicius, ninguno encontró puerta, pero al menos disparábamos.

 

También lo intento Asensio de cabeza, flojo y centrado, sin problemas para el portero. Un Gollini al que se le apareció la virgen en el minuto cuarenta y cinco, cuando tras un cabezazo de Varane, el balón le impactaba en el pecho. Salvaban los italianos el primer match ball, pero aun así les quedaban cuarenta y cinco minutos en minoría .

 

La segunda mitad fue un calco de la primera pero elevada a la enésima potencia. Nueve jugadores de campo rodeaban el área local impidiendo cualquier atisbo de ocasión visitante. La Atalanta renunció al balón y a marcar, quería sobrevivir. Con todo y con eso, en un balón suelto en el área Modric disparaba y vimos como el balón lentamente se colaba en la portería local, pero finalmente sale desviado por poco, era el minuto cincuenta y tres y parecía un mensaje de que el equipo quería el gol.  La más clara del partido la tuvo en sus botas un Vinicius al que se le sigue haciendo de noche cerca de la portería rival, pero que ha mejorado en muchas cosas. Un centro lateral le dejaba la pelota muerta en el área pequeña, pero su disparo lo desviaba un defensor a córner.

Volvían los bostezos y los minutos interminables, llegaban los cambios de jugadores pero no las ideas frescas. El partido se abocaba al empate a nada. Pero en una jugada de pizarra ( supongo que sería de Betonni porque Zidane solo sonríe) tras un córner tocado en corto, Mendy, solo en la frontal con el interior de su pierna mala por fin abría el marcador en el ochenta y tres.

 

Desde ahí al final todos contentos, el Madrid con victoria y ellos con una derrota que no duele mucho. Les esperamos en Madrid sin Casemiro apercibido, pero seguramente con Valverde, Rodrygo, Hazard y Ramos. Veremos que pasa, pero de momento, somos los únicos en España que podemos decir que hemos ganado en la ida de la Champions.

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