Lo peor de las enfermedades, amén de padecerlas, es que pueden llegar a ser contagiosas. Un simple catarro puede llegar a ser epidemia si esos pequeños virus que tanto atormentan tienen a bien moverse de un cuerpo a otro y aguar la fiesta al personal.
Aunque no todas se contagien, bien está lo que se da en llamar la prevención, el por si acaso que diría el castizo, para poder evitar en la medida de lo posible que podamos enfermar.
Para eso los médicos – más los de antes que los de ahora por aquello de ser políticamente correcto – los de consultorio de toda la vida, se encargaban de reconvenirte pertinentemente para que evitaras las tentaciones y los malos hábitos: que te echaban unos rapapolvos de aúpa, vaya.
Pues bien, tras el partido del domingo del Real Madrid Baloncesto tuve claro que pese a que el equipo de fútbol debuta mañana en el Mundial de Clubes de FIFA, el artículo de esta semana en Eterno Campeón tenía que ser un #DesdeElPalacio. Y no por el hecho de perder un partido, no. Ni tampoco porque esa derrota se haya producido frente al colista de la Liga Endesa, no. Porque eso puede suceder. Estamos hablando de deporte de élite y de jugadores que juegan muchos partidos y muchas competiciones comprimidas dentro de un calendario que a veces da mucho que pensar. El motivo de que las líneas de hoy vayan dedicadas a los chicos de la canasta es la percepción de ciertas señales de alarma que hicieron un «coast to coast» por mi cabeza y que inevitablemente me recordaron a la sección de fútbol.
Porque más allá de que tengas un día mejor que otro, algo que nos pasa a todos en nuestra vida cotidiana, las sensaciones transmitidas por el equipo de baloncesto el domingo resultaban irreconocibles en este colectivo. Parecía por momentos que el partido no importaba, que se jugaba sin intensidad, como sin ganas. Jugadas trompicadas, muy poca – por no decir que nula – aplicación defensiva y un exceso de errores no forzados que se diría en el tenis que no encontraban explicación plausible. Además en esta ocasión tampoco se encontraba solución en el banquillo. Laso tampoco paraba el partido en busca de remedio a lo que ocurría en el parquet, y el equipo rival llegó a estar cerca de treinta puntos por encima. Sólo en el último cuarto salió a relucir ese gen ganador del equipo que remontó una gran cantidad de puntos y que sólo sirvió para maquillar un resultado, que de otro modo pudo resultar escandaloso.
Si cuando hemos visto episodios de nuestro equipo de fútbol en los que hemos sentido como aficionados algo parecido a lo del pasado domingo, considero de recibo poder hacer una llamada de atención para que de puertas adentro el equipo se enmiende; así entiendo yo la autocrítica. Y leéis bien, de puertas para adentro. Porque como decía D. Santiago Bernabéu, los trapos sucios se lavan en casa. Que de puertas afuera ya se encargan los que están agazapados esperando una ocasión como ésta para tirarse encima del entrenador. Ésos y por supuesto, todos aquellos alérgicos al color blanco, a los que hay que recordarles que visiten el segundo museo más visitado de Madrid para que contemplen un buen puñado de trofeos de baloncesto. ¿Esto quiere decir que el equipo ha agotado su crédito y que debemos quemarlo todo? Quien piense esto, que a buen seguro habrá quien lo piense, sencillamente no ha seguido al Real Madrid Baloncesto. Este grupo ha demostrado ser un referente en la Historia de este deporte, y por supuesto en la del propio Club.
Por eso, que nadie entienda este #DesdeElPalacio como un ataque al equipo, sino como el deseo de un madridista de que situaciones como las que por desgracia hemos vivido con el equipo de fútbol, no se contagien al de baloncesto, y que ambos sean orgullo de todos los que amamos este bendito club.
Así que pónganse la bufanda y abríguense que no es tiempo de que se nos contagien los catarros. #HalaMadrid
Nota informativa de EC: para los amantes del baloncesto madridista o simples visitantes ocasionales, informamos que la cuenta activa en Twitter ha cambiado, pasando a ser @baloncestoec. Esperamos que la disfrutéis igualmente y le deis apoyo como siempre, ¡un saludo!
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