Crónica: Real Madrid 2-0 Real Sociedad

Doblete de Mbappé para casi asegurar la Bota de Oro en la despedida de Modric, Carletto y Lucas Vázquez.

«No llores porque terminó, sonríe porque sucedió. Hala Madrid y nada más».

Con esa frase se despedía Luka Modric del Estadio Santiago Bernabéu y nos dejaba con el corazón roto y las lágrimas a flor de piel.

Porque hoy fue una tarde donde el fútbol fue lo de menos. O quizá, lo único importante fuese la Bota de Oro y ahí, Mbappé hizo su parte con dos goles para casi asegurarla con todo el respeto para un crack como Salah, que juega mañana y debería meter 4 goles para evitar que Kylian lo ganase.

El primero del francés llegó al minuto 38 tras un rechace a su propio lanzamiento de penalty por mano de Pablo Marín, que había detenido en primera instancia Marrero. El segundo, tras aprovechar un gran pase de Vinícius y sorprender al portero rematando al primer palo en el minuto 83.

Pero hoy, sobre todo, fue un día de despedidas dolorosas. Servidor que escribe estas líneas aún tiene el corazón encogido por la sucesión de emociones vividas durante el transcurso del partido.

El ambiente era especial ya desde el inicio, como bien demostraban los tifos en ambos fondos del Bernabéu, uno dedicado a Carlo Ancelotti con el lema «Grazie, Carlo» y otro, con una camiseta gigante con el 10, dedicada a Luka Modric.

Todo arrancó con un sentido minuto de silencio en memoria de nuestro querido Rafa Rullán, leyenda total de nuestra sección de baloncesto. El Bernabéu siempre se muestra muy respetuoso con estos momentos, pero hoy parecía doler algo más siendo el protagonista uno de los mejores jugadores de nuestra historia.

Más tarde, al minuto 77, sería el momento de que el madridismo demostrase su cariño a todo un guerrero de esta camiseta: Lucas Vázquez, capitán esta temporada y uno de los jugadores más comprometidos de la historia, se marchaba al banquillo dejando su lugar a Gonzalo y recibía una ovación cerrada con todo el estadio en pie coreando su nombre, algo que le haría marcharse llorando del campo.

El grifo no se cerraba y aún quedaba lo más gordo, pues al minuto 87 se paraba el partido, la vida y hasta el mundo porque se nos iba del Bernabéu don Luka Modric. La Real Sociedad no solo dignificó el fútbol durante los 90 minutos, sino que además tuvo un detalle de honor que permanecerá en el corazón del aficionado por mucho tiempo y es que se unieron a hacer pasillo a Modric quien se marchó también llorando.

Imaginamos que hasta el césped y los cimientos del estadio acabaron aplaudiendo al mago croata, que tuvo que salir y entrar al campo otra vez un par de veces para intentar devolver el cariño mostrado por la afición blanca.

La grada estalló aún más, cuando por ahí apareció Toni Kroos para abrazar a su eterno amigo y compañero del mediocampo. Mismo minuto, el 87, que nos ha robado a los dos genios en dos años, qué dolor que sea bonito y qué bonito que esto duela tanto y sea tan real todo. Cómo será esto que atravesó hasta a nuestro presidente, pues se vio a Florentino Pérez a lágrima viva con las marchas.

El partido acababa y, con ello, Carlo Ancelotti comenzaba a llorar y ser también muy merecidamente ovacionado, mientras la gente del cuerpo técnico y los jugadores lo arropaban como si de una nueva victoria en final de Champions se tratase.

Fue momento para el resto de despedidas, puesto que Imanol Alguacil se despedía también del banquillo txuri-urdin y Zubimendi, de la plantilla vasca, y un Melero López también emocionado abrazaba a sus compañeros colegiados para también decir adiós al arbitraje profesional.

Aún quedaban los discursos post-partido de Carlo Ancelotti, quien comenzó su discurso admitiendo estar igual de emocionado y nervioso que la afición y diciendo que no era día donde salieran las palabras con facilidad. El entrenador más laureado de la historia del Madrid citó diversos momentos de su estancia aquí y acabó afirmando que esta siempre será su casa y que nunca acabará su particular luna de miel con el Real Madrid.

Luka Modric sería el siguiente en coger el micrófono y decir unas bonitas palabras de despedida, entre ellas una frase mágica lanzada desde más allá del corazón:

«El trofeo más grande es vuestro cariño».

Imagina marcharte como el jugador con más títulos de la historia del equipo y aún así ser capaz en el momento de más emoción de lanzar esa frase. Otro nivel.

Lucas, el siguiente en cuestión, respondía mientras tanto a las bromas de sus compañeros que le pedían salir diciendo que no podía, quizá preso del propio ataque de emoción del momento.

Todo pasó y quedará para el recuerdo esta tarde, con las imágenes de Modric dando la vuelta de honor al estadio acompañado de su familia y abrazado, minutos después, a Carlo Ancelotti mientras ambos volvían a agradecer el cariño y acababan siendo manteados por el resto del equipo.

El recuerdo permanece, las lágrimas durarán un poco más y el tiempo, a su vez, no se detiene. Pero antes de dar paso al Mundial, solo un detalle:

Quien se quiera marchar de este equipo por la puerta de atrás después de haber vivido esto en directo, de verdad que no tiene alma ninguna. Hala Madrid.

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