Crónica: Napoli 2-3 Real Madrid

Un lejano zapatazo de Fede Valverde le da al Real Madrid la segunda victoria en fase de grupos de la Champions League en un triunfo muy sufrido contra un Napoli que demostró el alto nivel que tiene el actual campeón de Italia.

Volvió la Champions, esa competición que tanto gusta al aficionado y que tiene un encanto especial por el cual todos los equipos intentan estar presentes en ella año sí, y año también.
Esta vez tocaba un escenario histórico, de esos que dejan una sonrisa recordando contiendas previas y jugadores que disputasen aquellas pequeñas guerras, ni más ni menos que el estadio napolitano donde jugó el grandísimo Diego Armando Maradona.

Para la batalla contra el Napoli, Carlo Ancelotti (precisamente, antiguo entrenador de la escuadra italiana) dispuso el siguiente once inicial: Kepa; Camavinga, Rüdiger, Nacho, Carvajal; Tchouaméni, Kroos, Valverde, Bellingham; Vinícius y Rodrygo.

Empezó el partido vibrante, con ambos equipos intercambiando ocasiones y dando señales de la gran emoción que se iba a vivir en el tiempo de juego. La primera del Madrid llegó en un buen balón de Toni Kroos a Rodrygo quien se deshizo de la defensa y se internó en el área con peligro pero su disparo lo desvío Meret sacando una buena mano.

Comenzaba a estirarse el Madrid, logrando tener diversos saques de esquina seguidos, incluyendo uno que finalizó con remate de cabeza de Tchouaméni que se marchaba desviado por poco, pero sin embargo la gran amenaza de este año volvió a sobrevolar el estadio italiano y a provocar que el resultado volviese a tener un inicio desfavorable. Era el minuto 19 y un corner botado por Kvaratskhelia (¡qué jugador!) flotaba por encima de la defensa y era rematado por el central Natan tras una malísima salida de Kepa. El brasileño mandaba el balón al larguero pero el rechace era aprovechado por Ostigard, quien a puerta vacía lograba el 1-0 para los locales.

Sobre Kepa hay que decir algo: el fallo fue grosero y es de esos que, en otro contexto, te pueden costar un disgusto, pero el chico para bien y sabe lo que hace durante el resto del partido, como bien atestiguan varias muy buenas paradas abajo que realizó para salvar un par de goles. Quizá sea el más señalado de este año pero hay que reseñar también sus cosas buenas allá cuando le toque hacerlas.

Reaccionó el Madrid al golpe y en el minuto 27 sería el Napoli quien concedería un gravísimo error de Di Lorenzo en la salida del balón, algo que fue aprovechado por Jude Bellingham para robar pelota y ceder el gol a Vinícius, quien con un disparo al palo largo anotaba el empate. Era el 1-1 y comenzaba a dar sensación de que el Madrid podría llevarse el partido con más goles en su marcador.

Así fue como, al minuto 34, una soberbia jugada individual de Jude Bellingham yéndose de toda la defensa napolitana terminó en un disparo con pierna derecha que se colaba en la portería de Meret para hacer el 1-2. De nuevo, otra remontada blanca en Champions, hay costumbres que no se pierden…

Sin embargo, el Napoli es el actual campeón de la Serie A por algo y mostró su orgullo de equipo grande, haciendo trabajar a Kepa quien salvaba el empate en dos manotazos de mucho mérito a Kvaratskhelia y Politano.

Ya en el segundo tiempo, el VAR fue de nuevo protagonista negativo del partido. Una jugada en la que Oshimen pugnaba con Nacho dentro del área acabó con un intento de pase atrás del delantero, quien se topaba con Nacho, que enviaba el balón a córner. Turpin decidió revisar la jugada y pitar penalty en una jugada en la que no hay absolutamente nada punible, ya que el balón rebota en la pierna de Nacho primero antes de ir a la mano, cosa que nunca se suele pitar… salvo, claro, que sea contra el Madrid, que entonces las cosas raras empiezan a florecer.
Zielinski sería el encargado de lanzar el penalty y marcarlo con fortuna, ya que el balón golpeó primero en el poste antes de entrar y poner el 2-2 en el marcador.

Era el minuto 54 y el gol le dio alas a un Napoli que se encontró resucitado, llegando a hundir al Madrid en su área y creando peligro en varias ocasiones de Kvaratskhelia. Este contexto obligó al Madrid a jugar con balones largos sin existir nadie arriba que bajara esas pelotas y diera oxígeno y calma al equipo.
De ahí que entraran de refresco Mendy y Modric (por Camavinga, que se marchó con amarilla, y Kroos) primero, y Joselu (por Rodrygo) después.
Estos cambios ayudaron al Madrid en su idea de recuperar balón, calmar los ánimos y volver a dominar el mediocampo y, gracias a esa calma, llegó el definitivo 2-3 en el minuto 78.
Saque de esquina favorable a los nuestros, rechace de la defensa italiana y ahí apareció Fede Valverde desde muy lejosbpara enganchar un soberano latigazo al balón, que salió con la potencia de un Fórmula 1 y entró en la portería de Meret sin que este pudiera hacer mucho más que el gesto.
No sabemos si el gol es suyo o si el rebote en la cabeza de Meret tras pegar en el larguero lo concede en propia puerta, pero sí sabemos que fue una locura de gol y que nos permitió ganar y eso es lo único que importa.

De aquí al final del partido, destacar la entrada al campo de Dani Ceballos por Vinícius y la amarilla a Kepa por perder tiempo, además de la refrendada soberbia actuación de Rüdiger en la defensa cortando cualquier intento de centro lateral que se precie y sin concederle ni un metro a Oshimen ni en el juego aéreo ni en el raso. Maravilloso partido del alemán.

Entrarían Simeone, Cajuste y Mario Rui, que se unían a Raspadori y Elmas (los cuales sí dejaron más sensación de peligro) como recambios de los de Nápoles, pero ya era tarde para ellos y el marcador no se movería dejando así una nueva victoria blanca en Champions, la segunda del grupo, que deja el pase a octavos mucho más cerca.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.