El MoraBanc Andorra estuvo a punto de lograr una de las sorpresas de la temporada en el Movistar Arena, cayendo apenas por un punto (98-97) ante un Real Madrid agotado por el esfuerzo reciente en Euroliga. Sin su máximo anotador, Jerrick Harding, los del Principado ofrecieron una actuación valiente y llena de carácter. Shannon Evans fue el gran protagonista con 31 puntos y 7 triples, y Kyle Kuric, con 21, mantuvo vivo al equipo hasta el último segundo. El equipo de Joan Plaza se quedó muy cerca de forzar la prórroga, pero una canasta de Kuric en el último suspiro fue invalidada por pisar la línea por milímetros.
El encuentro arrancó con un ritmo altísimo, en el que ambos equipos priorizaron el ataque sobre la defensa. El Real Madrid empezó con porcentajes ofensivos descomunales, pero eso no le bastó para dominar porque Andorra aprovechó mejor las segundas oportunidades, especialmente en el rebote ofensivo, donde Stan Okoye y Felipe Dos Anjos se hicieron gigantes sin la presencia de Tavares ni Bruno Fernando en el rival.
Con el paso de los minutos, el MoraBanc encontró más recursos ofensivos. Shannon Evans asumió el rol de líder ante la ausencia de Harding y comenzó a castigar desde el perímetro. A él se unió Kuric, que con su experiencia y precisión mantuvo a los andorranos dentro del partido. En el Madrid, la rotación fue amplia, pero los nombres clave como Musa, Hezonja e Ibaka sostuvieron al equipo blanco.
En el descanso, el propio Alberto Abalde reconocía lo complicado que estaba siendo el partido, dada la carga física y emocional que traía el equipo tras el play-in de Euroliga. Pese a los esfuerzos de Hezonja y Musa por estirar la ventaja en el tercer cuarto, Evans seguía respondiendo con personalidad, y otros jóvenes como Hugo González aportaban en momentos clave para los blancos.
Ya en el último cuarto, el duelo se convirtió en un festival de triples. Evans siguió encendido, respondiendo canasta tras canasta, mientras que el Madrid intentaba mantener la ventaja con aportaciones desde distintas posiciones. Aun así, Andorra se las arregló para ponerse por delante por primera y única vez con una canasta en transición de Evans.
El Madrid reaccionó a tiempo, con Musa liderando una ofensiva que les devolvió la ventaja. Una acción clave llegó cuando Evans tuvo que sentarse por un corte en la muñeca, momento que aprovechó el equipo blanco para ampliar el marcador. A pesar de un triple final de Kuric, la jugada fue invalidada porque el tirador había pisado la línea, dejando el marcador en un 98-97 para el Madrid.
El Madrid que acumula ya 16 victorias seguidas en Liga, fue todo un ejemplo de competitividad y orgullo. Ya espera el Olympiacos el miércoles, en el primer partido del playoff. Los blancos necesitan ganar al menos un partido fuera si quieren soñar con la Final Four.
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