¡Vaya drama! Crónica: Lille 1-0 Real Madrid

Un Real Madrid irreconocible pierde en su visita a Lille en, posiblemente, el peor partido en mucho tiempo.

Normalmente suelo empezar las crónicas con un pequeño resumen de previa e intento destacar siempre algo positivo del equipo, por mínimo que sea. Aparte de no gustarme nada esto de enlazar crónicas negativas y quejosas que puedan, quizá, distorsionar la imagen del lector y meternos en un estado de alerta y de crisis que no sea acertado.
Pero claro está que la realidad siempre choca con lo que uno desea y a veces no queda otra más que ponerse serio y decir las cosas como son, tal es el caso de hoy.

Fue mucho mejor equipo el Lille, por aprovechamiento de su condición de local con una afición más que entregada a los lobos; por imagen, siempre agresivos y venenosos con el balón en los pies causando verdadero peligro contra la portería de Lunin durante toda la totalidad del partido; por organización de su juego, mostrándose como un bloque sólido y sacrificado donde todos defendían y muchos atacaban.

Fueron además también los grandes acertantes de la lotería del balón parado, puesto que encontraron oro en una de las múltiples faltas al área que se vieron en este partido. Un error infantil e inexplicable de Camavinga sacando la mano cuando no tocaba propició un penalty en contra que terminó en gol de Jonathan David, quien engañaba en el lanzamiento a Lunin para hacer el definitivo 1-0. Mal regreso al equipo de Camavinga, que además salió con tarjeta amarilla del campo.

Se esperaba entonces una reacción del Real Madrid que no terminó de llegar hasta los últimos minutos de partido. Y no llegó antes porque no se sabía a lo que se jugaba, ni había control ninguno en la idea de circulación de balón. Los balones largos no encontraban a Vinícius ni Endrick solos uno contra uno en ningún momento, las contras veían a jugadores blancos atacando solos contra 4 defensores franceses, las internadas por banda de los laterales quedaban en nada mucho antes de llegar al área y se abusaba, durante una gran parte del partido, del pase horizontal o hacia atrás terminando muchas jugadas de ataque en nuestro portero.

Faltó en todo momento un centrocampista con temple, que cogiera el balón y asentara al equipo y decidiera que sus compañeros iban a jugar a lo que él dijera. Cada vez se muestra más el daño que ha hecho la marcha de Kroos y, aunque entró Modric en el segundo tiempo, no consiguió romper esa tendencia negativa.

Se tuvieron buenas ocasiones en los minutos finales, pero Chevalier detuvo todas las acometidas rivales que le llegaban a su portería.

En resumen: una imagen horrorosa, reflejada en la impotencia final donde varios de los nuestros vieron la tarjeta amarilla por cometer faltas a destiempo y en la que se pudo ver que a algunos jugadores les falla el físico, la idea recibida desde el cuerpo técnico y sobre todo, el hambre y el orgullo para sacar esto adelante y dar el máximo de su ambición y calidad.

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