Mentalidad y calidad definen al base del Cadete A
Ocho días, solo ocho días faltaban para que el madridismo estallara en Glasgow tras la conquista de “La Novena”, y él no se lo quiso perder, por algo sería. Nos situamos en la semana anterior a aquella cita, concretamente en el 7 de mayo de 2002, nacía en Madrid Pablo Rodrigo, para lo poco que faltaba para que el club blanco volviera a reinar en Europa, tenía que estar presente. Actualmente, juega en el Cadete A del Real Madrid.
Con tan solo 10 años comenzó a jugar en el Club Baloncesto Alcobendas, para más tarde llegar a la cantera madridista. Desde su llegada en 2014 ha pasado por todas las categorías, siempre dando la sensación de que tiene un futuro prometedor ante sí. Es por ello que ya ha vestido la camiseta de la selección española en categoría sub-15.
Pese a su corta edad ya ha comenzado a escribir varias líneas en su palmarés, del cual quedan muchas hojas por rellenar; todavía están en blanco y de blanco las escribirá. Entre sus logros podemos destacar la Minicopa 2016, en cuya final anotó 20 puntos y capturó 7 rebotes, el Campeonato de España Infantil 2016, donde llegó tras ser MVP de la Final Four infantil madrileña, destacando su papel ante Movistar Estudiantes con 29 puntos, 6 rebotes y 38 de valoración; y el Campeonato de España Cadete conseguido la temporada pasada, siendo un año menor. Un palmarés casi insultante para un chico de 15 años.
Para analizar dentro de la pista a este base de 1,87 metros de altura será mejor dividirlo en tres partes: la defensa, el ataque y eso que solo tienen los más grandes.
La defensa comienza tras meter una canasta y termina justo antes de anotar la siguiente. Sí, eso es todo el partido, pero es así. Pablo Rodrigo permanece siempre concentrado para realizar el balance defensivo tras acabar el ataque de su equipo e impedir canastas fáciles al rival y destaca por dificultar el juego de su marca, procura estar siempre cerca para no permitirle pensar e intentar robar el balón para salir rápido al contragolpe y acabar la jugada.
En ataque su dominio del balón es excelente con ambas manos, haciendo como si fuera fácil cambios de dirección entre las piernas o por la espalda. Eficaz penetrando hacia canasta, acabando jugada contra el cristal y marcando muy bien los pasos camino al aro, lo cual hace también de forma sobresaliente para obtener ventaja sobre el defensor para tirar más liberado, y estando libre de marca tiene buenos porcentajes de tiros de media y larga distancia.
Pero su principal virtud ofensiva, probablemente, no es la anotación sino la asistencia. Tiene una gran visión del juego, teniendo presente en cada momento la colocación de sus compañeros y dispuesto a hacerles llegar el balón en la mejor posición posible. A su edad ya es un excelente pasador, no sé qué va a dejar para cuando tenga edad de sacarse el carnet de conducir.
Y nos queda solo una cosa, aquella que solo tienen los mejores. Realmente, es algo que no aparece en las estadísticas, porque no se cuantifica, y que tampoco se puede explicar con una palabra, porque la RAE no tiene término para esa definición. Pero es algo que se ve y que se siente. No sé si es porque siempre está pendiente de sus compañeros, porque hace continuamente lo que el equipo necesita, por cómo dirige a su equipo, por la mirada “asesina” con la que mira cuando llegan los momentos decisivos, porque su ídolo, lejos de ser una de las estrellas de la NBA, es Felipe Reyes; o simplemente porque es tan madridista que no se quiso perder la conquista de “La Novena” por nacer días más tarde. Tal vez sea por todo junto, no sé, pero atentos a él, porque lo que sea que se le ve a los grandes jugadores lo tiene Pablo Rodrigo.
Trayectoria de Pablo Rodrigo:
C.B. Alcobendas (2012-14)
Ingresó en las categorías inferiores del Real Madrid
- Infantil B (2014-15)
- Infantil A (2015-16)
- Cadete B (2016-17)
- Cadete A (2017-)
