Entrenador y plantilla, unidos más que nunca
Todos sabemos lo injusto que es el fútbol y la poca memoria que tenemos. A pesar de que el Real Madrid viene de ganar 5 títulos en el 2017 y hacer la mejor temporada de su historia, Zinedine Zidane está más que cuestionado y ya se especula quién va a ser su sustituto en el banquillo para la temporada que viene.
Zidane ha asumido en su totalidad la responsabilidad por los malos resultados en Liga y Copa. La Liga está prácticamente perdida, a 19 puntos del Barcelona, y en Copa fue eliminado vergonzosamente por el Leganés en el Bernabéu.
A pesar de ello, Zidane no deja de repetir que confía en la plantilla que tiene, que son los mismos que han conseguido tantos títulos en los últimos años. De hecho, es el único “grande” de Europa que no se ha reforzado nada en el mercado de invierno.
Ahora son los jugadores de la plantilla los que quieren devolver esa confianza al técnico, ya que se han dado cuenta de que Zidane está en la cuerda floja y pensando en abandonar el banquillo en el mes de junio.
Declaran apoyo en público
Los pesos pesados del club ya han expresado públicamente su apoyo incondicional al técnico francés. Modric habló en Mestalla: “Zidane es el mejor técnico que podemos tener, cuestionarlo es una locura”.
Sergio Ramos y Carvajal dieron la cara después del “pepinazo”: “Los jugadores no hemos estado a la altura de esta camiseta, un cambio de entrenador no solucionaría los problemas”.
Incluso Marcelo se atreve a decir que “Zidane es el técnico con el que mejor ha conectado en su larga carrera profesional”.
Además de los comentarios públicos, la plantilla ha trasladado en varias ocasiones al míster que están a muerte con él y que se dejarán la piel en el campo para que la próxima temporada Zidane siga siendo el entrenador del Real Madrid.
Está claro que hay una química especial entre el técnico y la plantilla, y los malos resultados no van a hacer que esto cambie. La cercanía de Zidane con cada uno de los jugadores hace que todos le respeten, admiren y, lo que es más importante, que crean en él hasta el final.
Solo falta que esta conjura se traslade al campo de batalla y el Madrid de la talla en la única competición en la que sigue vivo, que a su vez es la competición preferida y la que más gloria le ha dado.
El próximo 14 de febrero, tanto plantilla como entrenador se juegan algo más que una eliminatoria de Champions; se juegan el futuro de la próxima temporada.
