Remontada in extremis en el infierno de Belgrado y somos de play off o play in.
Llegamos a la última jornada de la fase regular de la Euroliga 2024/25 con la necesidad imperiosa de una victoria para asegurar nuestra presencia en los playoffs sin pasar por el play-in. El escenario no podía ser más desafiante: el Belgrado Arena, hogar del Partizan, conocido por su atmósfera intimidante y una afición que no deja de alentar. Aunque el Partizan ya no tenía opciones de clasificación, su orgullo y deseo de despedirse con una victoria ante su público hacían prever un duelo complicado.
El primer cuarto fue un reflejo de la intensidad que caracteriza estos encuentros en Belgrado. El Partizan salió con determinación, aprovechando el empuje de su afición y buscando imponer su ritmo desde el inicio. Nosotros, conscientes de lo que estaba en juego, intentamos mantener la calma y ejecutar nuestro plan de juego. Sin embargo, la presión defensiva del Partizan nos llevó a cometer algunas pérdidas de balón y a tomar decisiones apresuradas en ataque. A pesar de ello, jugadores como Gabriel Deck y Facundo Campazzo lograron mantenernos en la pelea con acciones individuales destacadas. Al finalizar el primer cuarto, el marcador reflejaba una ligera desventaja de dos puntos para nosotros.
En el segundo cuarto, el Partizan continuó mostrando su agresividad, con jugadores como Carlik Jones liderando su ofensiva y complicando nuestra defensa. Por nuestra parte, intentamos responder con mayor fluidez en ataque, y la entrada de jugadores desde el banquillo aportó una energía renovada. Sin embargo, cada vez que nos acercábamos en el marcador, el Partizan encontraba la manera de responder, ya fuera con triples oportunos o aprovechando segundas oportunidades. Nuestra defensa en la pintura tuvo dificultades para contener a sus interiores, y en ataque, aunque generábamos buenas opciones, la falta de acierto en momentos clave nos impidió tomar la delantera. Al llegar al descanso, nos encontrábamos dos puntos por encima en el marcador, conscientes de que estábamos bien pero necesitábamos ajustar varios aspectos para llevarnos el encuentro en la segunda mitad.
Volvimos del vestuario sabiendo que nos jugábamos una gran parte de la temporada. Pero el tercer cuarto no arrancó como queríamos. Carlik Jones volvió a hacer daño, esta vez con los triples y penetraciones, y Brandon Davies se hizo dueño del cuarto, con varios triples muy meritorios. Ellos empezaron a sentirse cómodos, y lo peor: el público también. El Belgrado Arena rugía, y nosotros no encontrábamos la forma de silenciarlo. Aun así, tiramos de orgullo: Hezonja sacó un mate en una transición, Musa volvió a aparecer, y Tavares se hizo notar en defensa, aunque no fue suficiente, muy fallon desde la línea de tiro libre. Un par de triples de Partizan nos devolvieron a la realidad. Se nos escapaban. Al final del tercer cuarto, 74-65. Nueve abajo. Tocaba una vez más, la épica.
El último cuarto fue puritito Real Madrid: sufrimiento, carácter, y un final de película. Nueve abajo al empezar, con el Belgrado Arena apretando como en las grandes noches, el equipo se negó a rendirse. Facu lideró en los instantes finales, Musa, Mario y Llull aparecieron en los momentos calientes y Tavares, que había estado más discreto, se agigantó en defensa. Fuimos limando la diferencia, posesión a posesión, con un Hezonja que metió un triple clave y un Campazzo que a pesar de sus fallos en TL estuvo inmenso y asistió como solo él sabe. A falta de 20 segundos, el partido estaba empatado, pero apareció Llull con un canaston para ponernos dos arriba. Carlik Jones empató a solo dos segundos del final, pero entonces, lo imposible: jugada final, balón dentro para Tavares, que se gira, lanza un gancho sobre la bocina… y la mete. Silencio absoluto en el infierno de Belgrado. 88-90. Victoria agónica, épica y merecida. Somos de playoff directo. Este equipo no entiende de rendiciones.
Muy meritorio final de temporada regular, 6 victorias seguidas y equipo de play-off, falta saber los cruces definitivos pero este equipo tas la copa es otro.
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