El centrocampista brasileño cumple 150 partidos con el club blanco.
El último partido de la Liga Santander de la temporada 2017/18 significó un partido especial para uno de los jugadores, que se puede decir salió de la cantera madridista, porque desempeñó un papel en dicha cantera la temporada 2012/13.
Carlos Henrique Casemiro fue traído aquella temporada por el entrenador del Real Madrid C.F, que por aquel entonces, era José Mourinho.
Fue fichado para desarrollarse como jugador en el equipo filial, donde aparte de forjarse como jugador de fútbol europeo, forjaría los valores tradicionales del equipo blanco. Valores, tales como el esfuerzo, el sacrificio, el no dar el partido por perdido hasta el último minuto, la ayuda al compañero, y otras muchas más.
Desde su llegada, el club vio perfectamente lo que el chico era capaz de hacer, pero consideraron que le faltaba ese algo para subir al primer equipo, y por eso, desde las oficinas del Bernabéu, se tomó la decisión de ceder al jugador a otro club para aprender bien lo que le faltaba para jugar a nivel de élite.
Este club fue el FC Oporto, donde se desarrolló y regresó al club blanco, tras dos temporadas cogiendo esa experiencia necesaria.
La temporada 2015 regresó a la casa blanca, bajo la dirección técnica de Rafa Benitez, con quien aprendería a desarrollar el sacar el balón jugado desde atrás.
Desde entonces, el jugador lleva esos 150 partidos, cifra redonda y de los que el propio jugador se siente muy orgulloso de cumplir, como así decía después del partido: “Es una marca muy importante para mí. Cada partido que juego en este equipo es un sueño y ojalá que pueda jugar muchos encuentros más con esta camiseta».
El partido de la final de esta semana (sábado) será su partido 151, número capicúa, que curiosamente es algo que entraña suerte, esperemos que así sea.
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