Creo que no hay mejor día para recordar al gran Andrés Montes, que este lunes en el que nos despertamos de nuevo como campeones del mundo de baloncesto, porque como dijo el desaparecido Andrés, la vida puede ser maravillosa.
El Madrid gano y convenció, bueno o al menos la primera mitad donde el equipo dio un recital de juego y ocasiones y logró hasta tres goles, la segunda mitad volvió a ser lo de siempre, un carrusel de ocasiones desperdiciadas, un portero visitante que se presenta al balón de oro y una defensa que tiene la cabeza y los conceptos tácticos en algún lugar que claramente no es el partido.
En resumen, victoria merecida pero sufrida, que para nosotros será un lastre, pero para otros equipos hubiera sido otra victoria de entrenador o de libreta. Tres puntos más en el casillero que nos colocan terceros a dos puntos de un Sevilla que sin ocho aspirantes al balón de oro se mantiene firme y recortándole 3 puntos al Atlético de Madrid que perdió en Anoeta con gol de Odegaard.
Las chicas del Tacón (si del Tacón, porque, aunque se aprobó su absorción ayer en la junta, seguirá siendo el Tacón hasta Julio del 2020, aunque eso no haga que ya las sintamos como unas de las nuestras) ganaron en casa al Sporting de Huelva por tres goles a cero, esta semana no se hablará de ellas en la radio, si no pierde el Madrid, no vende, ya sabéis.
Y para el final nos guardamos el as en la manga, no la derrota de los de Laso en Zaragoza, que ya bastantes partidos llevábamos ganados con una guardería en la plantilla. Me refiero al mundial, a ese mundial que llegábamos para jugar del quinto al octavo y nos hemos llevado de forma brillante, derrotando en la final a una Argentina que estaba siendo la sensación del torneo. En esa final había cinco madridistas, dos por España y tres por Argentina, da igual el color de la medalla porque cuando el orgullo por unos jugadores no te cabe en el pecho, no tiene color.