Crónica: Real Madrid 2-5 FC Barcelona
Humillante derrota en la final de la Supercopa de España. Muchos jugadores señalados y una actitud vergonzosa.
Llegó el domingo y tocaba jugar la final de la Supercopa de España contra el Barça, generando una batalla más de la guerra que siempre son los Clásicos.
Salió al partido el Real Madrid con los siguientes 11 jugadores: Courtois; Mendy, Rüdiger, Tchouaméni, Lucas Vázquez; Camavinga, Valverde; Vinícius, Bellingham, Rodrygo; Mbappé.
Y hhasta aquí las buenas palabras, porque el partido del Real Madrid en la noche de hoy se puede catalogar como lamentable. Jugadores señalados, sensación de no haber preparado adecuadamente el partido, una actitud más que vergonzosa y una falta de capacidad de reacción insultante.
No en vano, el resultado al descanso lo decía todo: 1-4 abajo y la sensación de que la pesadilla podría acabar mucho peor aún si el rival hubiese querido.
Ni ssiquiera quedó latente la bonita sensación que nos dejó el 1-0, obra de Mbappé bastante pronto en una gran jugada individual tras realizar una bicicleta a Balde y cruzar el disparo ante Szczesny.
El gol fue precioso sí, pero la sensación era otra pues no dejaban de llegar ocasiones claras por parte de los atacantes barcelonistas ya que la defensa, por alguna extraña razón, dejó de hacer su trabajo y comenzó a abrir la puerta para que llegaran los goles en contra.
Tchouaméni y Mendy fueron los primeros en salir en la foto en el gol del empate, obra de Lamine Yamal tras una bonita jugada personal.
El ssiguiente en fallar sería Camavinga, que cometería un gravísimo error yendo con los tacos por delante a una jugada defensiva dentro del área propia. Inexplicable este fallo que además propició el 1-2 en contra, obra de Lewandowski de penalty.
Tres mminutos después, Tchouaméni volvería a aparecer en la foto y Lucas se uniría a la deplorable lista de suspensos. Esta vez ambos perpetraban un fallo en cadena que resultaría en el gol de Raphinha para el 1-3. Lucas se olvidó de lo que le venía por su espalda y Tchouaméni pasó de activarse y estar atento a la cobertura.
Pero no solo éramos la nada en defensa, sino que el ataque se estancó una vez comenzó el desastre siendo la invisibilidad de Bellingham y Vinícius en toda la noche de hoy los mayores ejemplos del naufragio. Mbappé con ciertas diabluras y Rodrygo, que no dejó de intentarlo, lo único salvable de los de arriba.
Con todos estos factores, era de esperar que aún hiciéramos más el ridículo y así, en la última jugada del primer tiempo, un corner a favor sacado como una presunta jugada ensayada… terminó con una contra y gol del lateral del Barcelona. Aprovechó Balde una gran combinación entre Raphinha y Yamal para disparar cruzado y hacer el 1-4 antes del descanso.
Aún quedaría el quinto gol en contra, ya en la segunda parte, obra de nuevo de Raphinha rompiendo a Tchouaméni, que insistimos estuvo deplorable en el día de hoy.
Ni siquiera una roja a Szczesny provocada por Mbappé ni el gol de Rodrygo de falta en la jugada posterior para maquillar el resultado borraban la penosa imagen que el equipo dio esta noche.
¿Hubo apenas un pequeño atisbo de esperanza? Como tal no, pero a destacar como ligeras píldoras positivas el buen hacer de Valverde tanto en medio como de lateral, Mbappé generando verdadero peligro pese al desastre, Courtois que sacó hasta tres goles y evitó una pesadilla mayor, y Rodrygo que no paró de intentarlo y llegó a encontrarse con el poste.
Pero volvemos a decirlo claro: hacen falta soluciones, acatar responsabilidades y acometer decisiones dolorosas pero directas y necesarias. Sobre todo, no queremos perdones ni excusas baratas cuyas palabras luego se lleve el aire. Esta misma noche hay gente que debería pasar a la lista de transferibles obligatorios en verano y, más aún, la gente del banquillo debería salir esta misma noche, porque es intolerable haber recibido dos goleadas en los dos partidos más importantes hasta ahora de la temporada.