Querido y respetado Cristiano:
Aún recuerdo aquella tarde frente al televisor, retransmitir por La Sexta la flamante presentación que hizo el Real Madrid a tu llegada. Digna del mejor jugador del mundo y organizada por el mejor equipo del mundo. La mejor historia jamás escrita, el mejor con el mejor.
Y comenzaste a vestir de blanco. Han sido 9 años en los que nos has dejado sin palabras para describir tu insaciable sed de ganar todo, goles imposibles, carreras interminables …tú le has dado al Madrid tus mejores goles, tu mejor profesionalidad dentro de un terreno de juego, que se ha visto recompensado en 16 títulos. Títulos que añoraban las vitrinas de Chamartín, como la Champions o la liga.
Antes de tu llegada es cierto que fueron tiempos de “vacas flacas”, y con tu llegada comenzaron a venir mejores tiempos.
Pensé que te retirarías vestido de blanco, en el mejor equipo del mundo. Pero tu sed ganadora te hace poner rumbo a otras tierras, a otros campos. Y desde aquí solo puedo desearte lo mejor, como lo he hecho cuando has vestido la camiseta de Portugal. Lo mismo, pero sabiendo que tras el verano volverías a Valdebebas. Pero todo tiene un principio y un fin.
Gracias por todo y por tanto, pero eso sí, abrígate Cristiano porque tras las murallas de Chamartín hace mucho frío. Te desearé siempre lo mejor, siempre y cuando no te cruces en el camino del Real Madrid, porque esta es mi casa.
Me siento orgullosa de tener camisetas con tu nombre, porque eso quiere decir que has tenido la suerte de jugar en el Real Madrid. Es un sueño que todos tienen, pero que solo está al alcance de los mejores, como tú, Cristiano.
Ahora nos toca alargar nuestras sombras por caminos diferentes. ¡Mucha suerte y gracias por todo Cristiano!