Apenas cinco días después de la final de Copa del Rey que perdimos con tanta polémica frente al Barcelona, nos presentamos en el Palau Blaugrana con ganas de demostrarle al eterno rival que lo de la Copa fue un espejismo y un cierto aire de vendetta.
Fabien Causeur: buen partido del base francés que se resarció un poco del último tiro fallado en la final, diez puntos y cuatro rebotes para él.
Chasson Randle: apenas disputó un minuto, pero dejó un triple para sumar al equipo.
Anthony Randolph: por fin parece que el ala-pívot vuelve por sus fueros, partidazo del esloveno que sumó dieciséis puntos, seis rebotes y 3 asistencias para un total de veinte de valoración.
Rudy Fernandez: cinco puntos, tres rebotes y tres asistencias para el mallorquín, que volvió a ser determinante con su intensidad en ambas partes de la cancha.
Luka Doncic: mal partido del joven Luka, al que hay que apoyar en los momentos difíciles en los que no le sale nada. Dos puntos y seis asistencias en su haber.
Jonas Maciulis: sin tiempo para valorar, solo jugó once segundos.
Felipe Reyes: partido para que el capitán pudiera tener esos minutos de descanso que tanto necesita, jugó quince minutos y sumó trece puntos y un rebote.
Facundo Campazzo: show time del argentino, dejó helado al Palau con una asistencia sin mirar a Randolph. Once puntos y nueve asistencias.
Gustavo Ayón: buenos minutos para el Titán, diez puntos y ocho rebotes en los veintidós minutos que estuvo en cancha.
Jaycee Carroll: el americano muy provocado por Hanga todo el partido, supo abstraerse y jugar su baloncesto. Dieciocho puntos con cuatro triples para nuestro francotirador.
Walter Tavares: Pesic volvió a utilizar la misma defensa sobre Edy que en la final de Copa, pero sufrió mucho menos sin Oriola. Cinco puntos y cuatro rebotes para él.
Jeffery Taylor: dieciocho minutos en cancha para el jugador sueco, en los que aportó ocho puntos y cuatro rebotes.
Victoria importantísima de cara a la próxima visita de Fenerbahçe, y para la posición en el top ocho de los blancos; que además deja al eterno rival casi sin opciones de entrar en la siguiente fase.