Bueno, pues parece que se acabó. 26 jornadas ha durado la pelea, fue bonito tener esa ilusión durante un tiempo, aunque este año no pareciera en ningún momento que fuéramos a presentar batalla real. Disculpadme si hoy empiezo por lo peor, a diferencia de habitualmente que suelo dejarlo para el final, pero es que se nos ha escapado definitivamente la Liga tras caer en un partido jugado de manera muy mala en el Camp Nou, y no hay mucho que destacar de manera positiva esta noche.
No se tuvo la actitud necesaria, ni aparecieron jugadores clave que deberían haberlo hecho, algo curioso en ellos tras notar cierta reivindicación en el partido de vuelta de Champions hace menos de una semana. Y sí, otra vez volvieron a pasar cosas con De Burgos Bengoetxea al silbato en un Clásico y una vez más fueron claves en el desenlace de un partido: de ir ganando 1-2 a perder 2-1, ya comentaré más tarde sobre ello.
Para empezar, el once de la debacle en formación de 4-2-3-1 puesto por Carlo Ancelotti en el día de hoy fue el siguiente: Courtois; Nacho, Rüdiger, Militao, Carvajal; Camavinga, Kroos; Vinicius, Modric, Valverde; Benzema.
Damos fe de que salieron 11 jugadores, pese al desastre que fueron muchos jugadores titulares: los ataques madridistas parecían mostrarnos que solo había un jugador de ataque contra siete rivales, uno de nuestros laterales (Carvajal, concretamente) vuelve a dar muestras de jugar a cualquier deporte menos al fútbol, o incluso nuestro Balón de Oro se vio infectado, pasando de la gloria del pasado año a estar a nivel de categoría Preferente en los últimos meses.
No acaba ahí la cosa, ya que volvimos a mostrarnos nerviosos a la hora de sacar el balón jugado ante una presión alta del rival, los mediocentros debían hundirse muy atrás y al girar no veían a nadie desmarcado arriba a quien ceder el balón. Este párrafo habla muy bien del gran planteamiento que presentó el conjunto de Xavi Hernández en el partido, hay que reconocer que fueron mejores durante todo el encuentro.
Sin embargo, ya metidos en el desarrollo del encuentro, empezó pegando el Madrid con un disparo de Karim Benzema que probaba a Ter Stegen cuando apenas se cumplía 1 minuto de partido. Parecía salir el Madrid con presión alta, pero duró poco esa energía.
Al minuto 3 de partido, un buen golpeo de Lewandowski desde fuera del área obligaba a intervenir a Courtois, quien fue casi el mejor del Real Madrid en el día de hoy. El meta belga también salvó al Madrid tres minutos después, sacando una gran mano a cabezazo de Raphinha, quien entraba solo al segundo palo tras un centro medido de Busquets. No cesó el peligro tras el rechace y Sergi Roberto disparaba desde fuera del área en un lanzamiento que se marchó rozando el larguero.
Un minuto más tarde, se dio una situación curiosa cuando un lejano despeje de Rüdiger en mediocampo llegó a portería del Barcelona y logró complicar al guardameta culé, quien detuvo el balón en dos tiempos.
No pasó demasiado tiempo, hasta que el Madrid volvió a acercarse con peligro en una jugada por banda entre Camavinga y Vinicius que acabó con un centro al punto de penalty del brasileño. Ese centro fue desviado por la cabeza de Araujo y el balón acabó entrando para hacer el 0-1 y abrir el marcador para los intereses de nuestros muchachos.
Llegó el minuto 18, entre minutos de buen hacer de ambos equipos, con mejores intenciones de control del Madrid pero posesiones mejor trenzadas por parte del Barcelona, y una falta de Nacho sobre Araujo provocó que el defensa madrileño recibiera una tarjeta amarilla. Decisión justa pero, sin embargo, no se aplicó el mismo criterio anteriormente por una entrada muy dura de Sergi Roberto sobre el propio Nacho. Casualidades de la vida, el jugador que estaba apercibido de los dos era el defensa blanco, quien ahora se perderá el choque contra el Valladolid en la jornada 27, muy curioso todo…
Llegado el minuto 30, la tendencia del partido cambió y comenzó el Barcelona a meter atrás al Madrid con numerosos centros laterales, aprovechando la altura de sus recursos ofensivos, como Christensen, quien llevó peligro en diversas jugadas a balón parado.
Tanto cambió de liderazgo el partido, que bordeando el descanso, llegó el gol del empate. Un centro desde la banda izquierda acabó en un error en el remate de Raphinha. El balón suelto lo recogió Araujo, quien volvió a poner el balón en el área para ser rechazado por Nacho. Un nuevo balón suelto llegó a pies de De Jong quien cedía a Raphinha, el disparo del brasileño era repelido por Militao pero otro (sí, otro…) rechace llegó a Sergi Roberto quien conseguía poner el 1-1 en el marcador. Gol de rabia, ya que se pudo haber evitado de haber estado más contundentes y agresivos a la hora de despejar un balón que debería haber salido del estadio y no haber acabado dentro de la red madridista.
Comenzaba poco después la segunda parte y el Madrid no daba señales de recuperación, sino más bien lo contrario. De hecho, al minuto 59, otra jugada a balón parado acababa en una ocasión de Lewandowski que se marchó desviada y sin peligro. Precioso gesto técnico del delantero polaco que realizó una formidable volea que, afortunadamente, no tuvo peligro para el Real Madrid.
Llegaron los cambios al minuto 62, entrando Mendy y Rodrygo a la que salían Kroos y Nacho. De hecho, el jugador brasileño tuvo una ocasión tras un regalo de Busquets en salida del balón que no supimos aprovechar. Minutos más tarde, fueron Tchouaméni, Ceballos y Asensio quienes entrarían al campo en detrimento de Modric, Camavinga y Valverde.
Precisamente el jugador balear pudo cambiar la historia del choque en el 81: jugada de ataque que arrancó, cómo no, por Vinicius, quien descargó en una bonita pared con Rodrygo y jugó para Carvajal. El madrileño centró al área y ahí apareció Asensio para rematar con suavidad al fondo de las mallas. Era el 1-2, nos poníamos a 6 puntos y faltaban pocos minutos para acabar…
Pero no, es el Camp Nou, es el equipo investigado por la Fiscalía y eran De Burgos y Soto Grado y evidentemente la volvieron a liar. Fuera de juego inventado por el VAR y gol anulado. La imagen de VAR nos mostró claramente que el bueno de Marco estaba en línea con Koundé y ese gol debería haber subido al marcador.
Para mayor rabia, a pocos instantes de acabar el partido, el gol del Barcelona para anotar el 2-1 definitivo vino tras una clara falta de Lewandowski a Carvajal que nadie quiso ver ni revisar. ¿Por qué? Quizá algún día lo sepamos, igual que por qué no se muestra amarilla a Gavi, quien se tira todo el partido pegando y agrediendo a rivales, sin castigo pese a ser siempre pillado con imágenes de cámaras de televisión.
Lo dicho, un robo manifiesto por partida doble. Primero, porque los nuestros volvieron a rompernos las ilusiones de querer luchar un título hasta el final como reza nuestro lema, el cual no defendieron ni por actitud ni juego; y segundo, porque ya se encargan desde fuera en ponernos aún más complicada la tarea, una y otra vez en el mismo estadio y con el mismo rival, y aún nos queda un Clásico más. Qué Dios nos coja confesados…