Después de la victoria en semifinales contra un Barcelona con menos nivel, de momento, que el de la temporada pasada, nuestro rival en la final del primer título de la temporada será Unicaja Málaga.
El equipo malagueño es un calco del que tenía la temporada pasada, que igual que nosotros mantiene prácticamente la misma plantilla.
Sólo han tenido dos bajas: Darío Brizuela (al que deseamos que el golpe fortuito de Edy no sea nada) y Yannick Nzosa que ha ido cedido a tener minutos y ser un jugador importante al Estudiantes, eso sí, en LEB oro.
Para cubrir sus huecos han fichado a Kameron Taylor del Girona como tirador en lugar del internacional español, y a Ilimane Diop, que a sus 28 años ya no es la promesa y el jugador que parecía en sus inicios en Baskonia.
El resto de jugadores son los que nos ganaron en semis de la última copa del rey que a la postre ganaron.
Kendrick Perry y el recién renovado Alberto Diaz continúan manejando el timón de Unicaja, el primero anotador compulsivo y el segundo desde la defensa. También Tyson Carter ayuda en esta faceta.
La polivalencia es el rasgo de esta plantilla. Jonathan Barreiro, ex canterano madridista y Dylan Osetkowski son dos ejemplos perfectos. Barreiro es un alero que muchas veces tiene que defender y seca a ala-pivot rivales con mucho más físico, y el americano es un pívot que frecuenta más la línea de 3 que la zona.
Will Thomas continúa dando lecciones de la clase que tiene,aunque la edad ya pesa más que el talento.
En la zona Augusto Lima y Yankuba Sima continúan lesionados, y es Melvin Ejim y Diop los que defienden la pintura cajista con la ayuda ocasional de Nihat Djedovic.
David Kravish y Tyler Kalinoski completan la plantilla junto con un Mario Saint-Supery, campeón del mundo junior con la selección española, que ya es jugador a todos lo efectos de la primera plantilla.
Ibon Navarro, el héroe de la copa, sigue a lis mandos en el banquillo y ha hecho del Unicaja un equipo rocoso y muy difícil de ganar.
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